En ese notable espectáculo en el Teatro Picadero, donde el maestro Alejandro Dolina y la exquisita Cora Barengo dialogan entre la niebla, aparece esta tesis sobre la posibilidad de que nuestro texto, o sea, el que expresamos todos los días, ya está escrito y nosotros no hacemos otra cosa que actuarlo.
Ya lo había advertido el inmortal William Shakespeare en Como gustéis: “El mundo entero es un teatro y todos los hombres y mujeres meros actores, tienen sus salidas y sus entradas y un hombre en su tiempo representa muchos papeles”. O sea, quizás ruido y furia, mientras aparecemos por un lado del telón y desaparecemos por el otro.
También Hamlet es un verdadero tesoro a explorar en este siglo XXI, tan ó más Cambalache que el anterior. Por ejemplo, cuando el fantasma del Padre aparece en el castillo de Elsinor, famoso aunque nunca estuvo Hamlet allí y sin embargo seguirá siendo famoso mientras la memoria humana, no los robots, puedan albergar la memoria de ese eterno texto, que transcurre en ese castillo de Dinamarca.
¿Y qué es lo que revela la aparición? Que ha muerto porque han vertido veneno en sus oídos? Nos podríamos preguntar, cuáles son los venenos que se vierten en nuestros oídos, aquí y ahora, a nivel local y a nivel global.
Pero ese delicioso estudio que hace Eduardo Rinesi sobre Hobbes, el hereje, el título de Eudeba, nos dice que Hamlet procura recordar a su asesinado padre, “mientras la memoria tenga un sitio en este trastornado globo” y el trastornado globo, puede ser su cabeza, puede ser el mundo en su totalidad esférica, no plana; o quizás también el teatro del propio William que existe todavía como “El Globo”.
Y también podríamos preguntarnos si ese tiempo está fuera de quicio, cómo se pregunta Hamlet, o sea, si éste tiempo es un tiempo de locura y también el interrogante sobre qué está podrido en Dinamarca y si esa pregunta del texto del siglo XVI, no es trasladable a la Argentina del siglo XXI y al Globo en su conjunto.
Alguien podría argumentar como Hamlet en su texto, son “palabras, palabras, palabras”… el problema es que las palabras se han transformado en significantes vacíos, o sea, podemos volcar en ellas los significados que enfatiza, nada menos que el Humpty Dumpty de la Alicia a través del espejo de Lewis Carroll.
Y su frase famosa es: “Cuando yo uso una palabra, (dice Humpty Dumpty en tono algo despectivo) significa exactamente lo que yo decido que signifique, ni más ni menos”.
Comparemos esto con dos maestros del siglo XX como ejemplos paradigmáticos:
Gandhi ante un brutal atentado de los ingleses sobre los indios que acabaron con la vida de tres mil nativos que no pudieron escapar a una encerrona, el Mahatma sabiendo que una respuesta violenta era lo que esperaban los colonialistas, intimó a su pueblo a no responder con violencia, diciéndoles que si respondían, él iba a iniciar una huelga de hambre hasta morir.
Y la respuesta no violenta, fue el principio del fin del Imperio colonial en la India milenaria.
El otro ejemplo es de Nelson Mandela, ya presidente electo en su Sudáfrica natal. Un día almorzando con su secretario en un restaurante, invita a un hombre que estaba comiendo sólo a su mesa. El secretario observa con estupor que el invitado no para de temblar todo el almuerzo y se retira con un muy breve saludo. El secretario se pregunta y le pregunta a Nelson y la respuesta de éste es notable.
“Ese hombre al que invité era el jefe de la cárcel que me torturaba en esos largos años y me orinaba en la cabeza cuando le pedía agua, o sea, las mentes que buscan venganza destruyen Estados, las mentes que buscan reconciliación construyen naciones.
“Cuando caminé hacia la Libertad entendí que si no dejaba atrás la ira, el odio y el resentimiento seguía siendo un prisionero”.
Obervemos que en estos dos casos las palabras no son un significante vacío, no son llenadas de cualquier contenido, contienen suficiente información para indicar un camino, sugerir un sendero ético, que es clara y distintamente, un modo de existencia.
Sin embargo, los libretistas del mundo en este siglo XXI están escribiendo un guión sociopolítico, que quizás pueda resumirse en la famosa frase del primer norteamericano, ganador del Premio Nobel de Economía, J. P. Samuelson, cuando afirmó: “No me quieran engañar, esto es sólo zorros libres en gallineros libres”.
Un guión absurdo de los libretistas del mundo, donde en ningún momento y casi en ningún lugar se contempla el tema cada vez más acuciante del calentamiento global y la emergencia climática que está produciendo a nivel de este globo enloquecido cada vez más zonas desérticas, con talado de bosques y fenómenos meteorológicos cada vez más catastróficos con lluvias tremendas y sequías espantosas.
No existe casi respuesta y a nivel local, el increíble proyecto de derribar la ley de glaciares y periglaciares, que son los que todavía surten de agua a todas nuestras zonas precordilleranas, a lo largo y a lo ancho de las montañas de los Andes.
Mientras sigue creciendo la industria de las armas a nivel global y el narcotráfico hace suyos cada vez más territorios. Aquella obra de Agustín Cuzzani El centroforward murió al amanecer, parece revivir en esta tragedia de la dolarización ecuatoriana, con su secuela de carteles de la droga y apuestas ilegales que ha terminado ya con la vida de cinco futbolistas en este 2025.
Mientras que cuatro jóvenes soldados argentinos se han suicidado en nuestro país en los últimos tiempos, y las cifras de suicidas, aquí y ahora en Argentina están superando las de homicidios y accidentes de tránsito, habitualmente superiores.
Todo esto nos lleva a pensar si realmente están en vigencia los derechos humanos sancionados por Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, de los cuales se ha cumplido un nuevo aniversario. Y que fueran elaborados por el diplomático chileno Hernán Santa Cruz proclamando también a la Democracia como derecho humano.
Lo que sí pareciera vigente, finalmente, es la escritura indeleble de María Elena Walsh, con su canción del Mundo del Revés:
“Me dijeron que en el Reino del revés Nada el Pájaro y vuela el pez
Que los gatos no hacen miau y dicen yes
Porque estudian mucho inglés
Vamos a ver como es
El Reino del Revés
Vamos a ver como es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Nadie baila con los pies
Que un ladrón es vigilante
Y otro es Juez
Y que dos y dos son tres….