El tabaquismo es uno de los mayores problemas sanitarios de la humanidad y más de 8 millones de personas mueren tempranamente como consecuencia de esta adicción y puntualmente en nuestro país alrededor de 47.000 personas al año a causa del consumo de cigarrillo convencionales por enfermedades respiratorias cardíacas o cerebrovasculares, y varios tipos de cáncer.
Según la red Somos Innovación, una alianza de instituciones e individuos dedicada a lograr la implementación de soluciones innovadoras a nivel mundial, "las estimaciones demuestran que los cigarrillos electrónicos son un 95% menos perjudiciales para la salud que los cigarrillos comunes. Así, los estados deberían abordar integralmente la reducción de daños teniendo en cuenta productos alternativos como los vapeadores. El vapeo brinda la posibilidad de que los fumadores mitiguen el daño que produce el consumo de cigarrillos convencionales sin forzarlos a la disyuntiva de ‘dejar o morir’”.
Estudios científicos, artículos, reportes, informes y meta análisis indican que, aunque pueda causar dependencia, la nicotina en sí misma no genera daños significativos a la salud, a diferencia de casi todos los otros elementos que se emiten durante la combustión del tabaco. Por eso, la misma resulta crucial a la hora de facilitar el traspaso a estos productos. Los sabores colaboran de una forma similar, al dar opciones a los fumadores que quieran pasarse a nuevos productos.
Asimismo, El director ejecutivo de la Red Somos Innovación, Federico Fernández afirma que “la evidencia científica más actualizada indica que los productos de nicotina sin combustión son el método más efectivo para dejar el tabaco combustible y evitar casi todos los perjuicios sobre la salud asociados a fumar como productos de vapeo, productos de tabaco calentado, snus y bolsitas de nicotina”.
Ahora bien, que el vapear sea menos perjudicial para la salud que el fumar cigarrillos tradicionales se debe principalmente a que, al ser nicotina líquida lo que llevan estos cigarrillos en su interior, no se quema alquitrán en el proceso. El Alquitrán es una de las sustancias más cancerígenas de los cigarrillos tradicionales y no está presente al vapear. Además, un estudio británico publicado en febrero en el New England Journal of Medicine observó que los cigarrillos electrónicos eran más eficaces que los parches y otros productos de sustitución como terapia de cesación tabáquica
En definitiva, un gran porcentaje de fumadores y ex-fumadores piensan erróneamente que la nicotina causa la mayoría de los cánceres relacionados con el tabaquismo, cuando la evidencia muestra que la nicotina en realidad conlleva un riesgo mínimo de daño a la salud. Aunque la nicotina es la razón por la cual las personas se vuelven adictas a fumar, son los miles de otros químicos contenidos en el humo del cigarrillo los que causan casi todo el daño.
Por ello, en países como Reino Unido incluso el sistema de Salud Pública incentiva el uso del cigarrillo electrónico para dejar de fumar.
Es oportuno agregar la explicación de la Asociación de Consumidores por Alternativas sin Humo (CASAA), que sostienen que los productos y comportamientos de riesgo forman parte de nuestra sociedad, podemos focalizarnos en minimizar los resultados nocivos en lugar de prohibirlos, logrando reducir efectivamente el daño producido y evitando medidas de corte discursivo que no logran su objetivo. Los cinturones de seguridad, los airbags, los cascos de motocicleta, las bicisendas, los condones, incluso las barandas, son ejemplos de reducción de daños muy intuitivos porque hacen más seguro el acto de conducir, tener sexo o caminar sin requerir una prohibición extremista. Así, no se eliminan todos los riesgos, pero salvan muchas vidas.
Las investigaciones realizadas por la Red Somos Innovación en el Primer “Índice Global de Políticas Efectivas Anti-Tabaquismo” fungen como guía para una regulación más eficaz en torno a los Productos de Nicotina sin Combustión y así erradicar el tabaquismo. La Red Somos Innovación analizó a 59 países divididos en 4 regiones, en torno a 10 categorías como marco regulatorio, prohibición, disponibilidad de venta, exhibición, entre otras.
Si bien estos productos no están exentos de riesgos, son mucho menos dañinos que fumar. El consejo general es que las personas que fuman estarán mejor si cambian completamente hacia ellos, pero, si nunca fumaron, es mejor que nunca comiencen a hacerlo y que tampoco inicien el consumo de cigarrillos electrónicos.
Alfredo Sainz