OPINIóN
Diez años

Vigencia de Kirchner

A un año del triunfo de la fórmula Fernández-Fernández en la elección presidencial, continúa sin definirse el tema del poder en el marco del Frente de Todos.

Alberto y Cristina Fernández 20191210
El presidente y la vice presidenta saludan a la Asamblea. | Prensa Alberto Fernández

Se cumplen diez años de la desaparición de Kirchner, diez días después del 75 aniversario del Peronismo. Ambas fechas, pueden ser analizadas como dos manifestaciones de un mismo fenómeno político, como dos etapas sucesivas, o incluso como dos visiones diferentes de la política.

En  el edificio de la CGT será inaugurado un busto de Kirchner junto al de Perón. A la tarde se colocará la estatua de Kirchner que fue retirada de la sede de Unasur en Quito, siendo colocada en un acto manejado por la militancia frente al Centro Cultural que lleva su nombre en el tradicional edificio del Correo. Se realizará un “proyectorazo” con imágenes de Kirchner en 100 ciudades del país. La vicepresidenta tendrá así un escenario que seguramente no desaprovechará y convertirá en incógnita su presencia hasta el último momento. Si el kirchnerismo es una manifestación transitoria del peronismo o es una superación del mismo es una discusión planteada entre los intelectuales y teóricos del peronismo y la militancia.

A un año del triunfo de la fórmula Fernández-Fernández en la elección presidencial, continúa sin definirse el tema del poder en el marco del Frente de Todos. Cuando muchos esperaban el fortalecimiento del presidente dado los antecedentes históricos y la política comparada, no ha sido así.

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Si el kirchnerismo es una manifestación transitoria del peronismo o es una superación del mismo es una discusión planteada

El kirchnerismo como expresión política y los sectores alineados con la vicepresidente han ido ganando espacios de poder. Cristina no ha trabajado en su imagen, sino en asegurar militantes en posiciones claves del poder y acciones que apuntan a mostrar su influencia en la Justicia. No le han interesado demasiado las primeras líneas del Gobierno, pero sí las segundas y determinados organismos del Estado. Desde el 10 de diciembre prácticamente no ha hablado en público y estuvo una sola vez en la Casa Rosada. Pero su acción política ha estado muy presente y el Ejecutivo ha ido asumiendo temas de su agenda. Su hijo Máximo, desde la presidencia del bloque de Diputados del oficialismo, sí se ha expresado públicamente, marcando la línea de La Cámpora, agrupación que preside y que provee cuadros para el kirchnerismo.

Cristina no ha trabajado en su imagen, sino en asegurar militantes en posiciones claves del poder y acciones que apuntan a mostrar su influencia en la Justicia.

A un año de la elección legislativa, muchas cosas pueden cambiar. Pero hoy el Gobierno tiene que pensar que puede enfrentar una elección competitiva en la medida en que pandemia, economía e inseguridad conforman la tríada que lo amenaza. La intención de suspender las PASO está en análisis. El argumento del costo y de la pandemia no parecen justificados para encubrir una decisión política. Más allá de lo que pase, si el peronismo concurre unido a las elecciones, sus posibilidades de ganar aumentan, especialmente en una elección legislativa.

Pero un año es mucho tiempo en la Argentina política de hoy. Basta mirar el tiempo transcurrido entre la elección presidencial y el décimo aniversario de la desaparición de Néstor Kirchner.

En este escenario político, la vigencia de Kirchner es indiscutible a diez años de su desaparición. Su esposa es la Vicepresidente y la dirigente con más peso en el oficialismo. Su hijo Máximo, preside el bloque de diputados y lidera la Cámpora, proyectando generacionalmente el poder. Hoy puede discutirse si el kirchnerismo es la expresión coyuntural del Peronismo o su etapa superadora. El nombre de Kirchner como el de Perón, generaron fuertes sentimientos a favor y en contra.