—Hay peronistas en el oficialismo y la oposición y personas de derecha y de izquierda en las dos coaliciones. ¿Cuál es la identidad que define a cada una?
—Las coaliciones tienen en su seno gente de distintas identidades, pero hay una identidad porteña muy clara. Hay una cultura porteña que tiene sus gustos y sus temas. En la campaña de 2005, hicimos un comercial que se llamaba “Genios”, que siempre uso en mis cursos como un ejemplo de lo que se podría hacer en una ciudad y jamás podría salir de allí. Un spot en el que se hablaba de Pablo Picasso, de la Madre Teresa de Calcuta, de Louis Pasteur. Dirían que estaríamos chiflados si se pusiera más allá de la General Paz. No cabe hacerlo en ningún otro sitio de América Latina. Buenos Aires es Buenos Aires. Me encanta Buenos Aires. Mi pareja fue porteña. He vivido mucho ahí. Pero no se parece en absoluto al noroeste colla. Hay sitios en que es idéntico a la región andina ecuatoriana. Hay muchos restaurantes con nombres quichuas. La Quebrada de Humahuaca se llama así porque huma significa cabeza y huaca, encantada. Es quichua. Muchísimas cosas en ese sitio son quichuas y tienen su identidad. Cuando fui a dar un curso, me preguntaron si yo era del PRO. Mi respuesta fue: “Más o menos”. Cuando les pregunté por qué, la respuesta fue: “Parece uno de los nuestros. Los porteños proceden de los barcos; nosotros, de la colonia”. Es una identidad. La identidad de Paraguay y también de bastantes personas del noreste argentino es guaraní. Me encanta. No he logrado aprenderlo, pero me encanta su idioma, la forma de ser. Es una cultura completamente distinta. No es extraño. Pasa más en México. El sur mexicano es básicamente guatemalteco. Se visten como guatemaltecos, hablan dialectos derivados del maya. Es una zona pintoresca, porque los mayas tenían un amor por los colores increíble. En la ciudad de Antigua se producen cosas hermosas en Semana Santa. Hacen dibujos enormes con pétalos de flores en el piso, pero es el sur. Los chilangos, llaman a los de la capital, son completamente distintos; en el norte son tejanos, cowboys que hablan castellano.
—¿Qué constituye las identidades partidarias que son transgeográficas?
—La identidad partidaria es más superficial, y varía. Más en la sociedad líquida. Hiciste una entrevista maravillosa con Zygmunt Bauman. Por cierto, tus entrevistas son geniales. La última con una filósofa me encantó. Pero la sociedad se volvió líquida. Estudios realizados hasta antes del 90 decían que la inmensa mayoría, hasta el 90% de los alemanes, votaron toda su vida por el mismo partido. En Estados Unidos fue semejante. Elegían republicano o demócrata. Era la tradición. Así era la familia. Actualmente, la movilidad es enorme, al igual que las razones por las que se mueven los votantes. Lo hacen de manera medio incontrolable, pero dentro de determinadas culturas. La cultura es algo que está en paralelo. Es uno de los temas que más se discuten en este momento. Hasta qué punto esas identidades culturales persisten a pesar de la variación de la identidad política.
En este link, la entrevista completa de Jorge Fontevecchia a Jaime Duran Barba.