Mariano Mera Alba (53), el hijo del ex ministro del Interior del Gobierno de Carlos Menem que fue detenido esta semana después de permanecer tres años prófugo, acusado por los delitos de “abuso sexual, lesiones dolosas y privación ilegítima de la libertad”, declaró que es víctima de una “causa armada” con “muchos intereses políticos”.
El acusado prestó declaración indagatoria ante el juez en lo Criminal y Correccional Nº 56, Alejandro Litvack. Lo hizo de manera virtual desde la División Prófugos de la Policía Federal Argentina (PFA), donde se encuentra alojado desde el martes 18 de enero pasado, cuando una comitiva de la PFA lo detuvo en el partido bonaerense de Moreno.
"Hubiese sido tonto de mi parte secuestrar a una mujer frente a 200 policías."
El hijo del ex funcionario, que también tenía pedido de captura de Interpol, fue arrestado en una zona de quintas. Estaba sin documentos, por lo que su identificación demoró unas horas más. Por su detención, el Ministerio de Seguridad de la Nación llegó a ofrecer una recompensa de un millón y medio de pesos.
Mera Alba estaba prófugo desde el 6 de marzo de 2019. En noviembre de 2017 su ex pareja, Micaela Rodríguez, lo denunció por “abuso, lesiones y maltrato psicológico” y un año después, su ex empleada doméstica dijo que fue secuestrada y amenazada para declarar en contra de Micaela.
En la indagatoria, el acusado no solo “negó los hechos” que se le imputan, sino que además manifestó que las denuncias en su contra provienen de su “mala relación” con su ex pareja y denunciante. Sobre ella, explicó que, “como no pudo hacerle daño con falsas denuncias”, instigó a Yésica R. (su ex ama de casa y supuesta víctima de secuestro y abuso) para que lo denunciara a cambio de recibir “beneficios económicos”.
De acuerdo a las fuentes, Mera Alba aseguró que nunca privó de su libertad a Yésica, pero sí reconoció que el día del supuesto rapto se encontró con ella en la cancha de Boca y que la llevó a su casa. “Hubiese sido tonto de mi parte secuestrarla cerca de la cancha de Boca, cuando había más de 200 policías en la zona porque había un operativo enorme porque esa noche jugaba con Cruzeiro por la Copa Libertadores de América”, declaró.
Juan Manuel Casolati, abogado de Mera Alba, aseguró a PERFIL que existen pruebas sobre el armado de las causas contra su defendido que los jueces omitieron. “Hay audios que nunca fueron valorados y son los que van a demostrar no solo la inocencia de Mera Alba, sino del resto de los acusados”, reconoció el letrado.
“Yésica –explicó el defensor– hace la denuncia a instancias e instigada por Micaela, la primera denunciante. Esos audios demuestran que Micaela le ofreció, a través de sus contactos con el Estado, contratos con la Cetep (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), contactos con el dirigente social Juan Grabois y distintos actores de la política, distintos beneficios como planes sociales, dinero y hasta una propiedad en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (ICV). Todo eso está en los audios, que ahora sí van a tener que ser valorados, y que demuestran la poca credibilidad de una denunciante que en todo momento se nota que está armando algo en contra de Mera Alba a instancia de Micaela”.
El acusado sostiene que detrás de la acusación en su contra existen intereses políticos. Al momento de ser detenido trabajaba como asesor en la Municipalidad de Merlo y había puesto en marcha un plan de lucha contra el narcotráfico que consistía en la instalación de urnas en las iglesias del partido para que anónimos denunciaran a los vendedores de drogas. Para Mera Alba esa decisión molestó e incidió en el armado de las causas para perjudicarlo.
Quién es. Mariano Mera Alba es abogado. Su apellido está históricamente ligado al poder: hijo de Julio Mera Figueroa, el ex ministro del Interior en la primera presidencia de Carlos Menem que falleció de un infarto en mayo de 2002, y primo del ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y del senador Dalmacio Mera.
Una de las causas que enfrenta llegó a juicio oral el año pasado y dos de los acusados fueron condenados a penas de cinco años y seis meses de prisión, mientras que un tercero resultó absuelto.
Para el fiscal Oscar Ciruzzi, el hijo del ex ministro sería “responsable directo” del secuestro de Yésica. La víctima había sido citada en un bar de Almirante Brown y Pilcomayo, en el barrio de La Boca. Mera Alba y dos empleados de la Municipalidad de Merlo, Osmar Moyano y Ernesto Duarte, habrían bajado de un auto Fiat Stilo, y subido por la fuerza a la mujer, a la que supuestamente llevaron hasta una parrilla de Merlo, propiedad del hijo del ex ministro.
Según explicó Ciruzzi en su alegato, estos tres hombres la amenazaron y le dijeron que debía cambiar una declaración que la mujer había realizado en una fiscalía de Morón, por dos casos de abuso sexual contra el abogado.
“A la víctima se la sustrajo, se la retuvo y se la obligó a hacer algo en contra de su voluntad, como era cambiar sus dichos en dos causas”, les dijo el fiscal a las juezas Marcela Rodríguez y Silvia Mora, y al juez Alejandro Noceti Achával, los tres integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 10 que llevaron adelante el juicio.
Para Ciruzzi, la versión de la víctima pudo acreditarse mediante el análisis de distintos llamados telefónicos que mantuvieron los cuatro acusados por el secuestro. Sin embargo, el acusado asegura que la acusación es falsa y que tiene un trasfondo político.
“El armado de esta causa es la muestra más burda y miserable de la corrupción de una parte del Poder Judicial”, refutó el abogado de Mera Alba y adelantó: “Los funcionarios van a tener que responder en forma patrimonial y penal ante tamaña corrupción. Desde nuestro estudio ya estamos trabajando para que los responsables respondan.
La otra versión
Yésica, una de las denunciantes contra Mariano Mera Alba, habló sobre la captura del hijo del ex ministro del Interior del primer gobierno de Carlos Menem y aseguró que espera justicia.
En declaraciones a Radio con Vos, señaló que todo comenzó cuando fue a la casa del acusado por “una promesa de trabajo en la Municipalidad de Merlo” y estuvo “alrededor de un año viviendo en su casa con la promesa de este trabajo, que nunca llegó”.
Aseguró que soportó “montones de humillaciones, explotación laboral” y que “vivía prácticamente encerrada”. “No tenía llaves del lugar y no podía salir sin permiso”, señaló.
La mujer, que vivía además con sus dos hijas, explicó que una vez realizada la denuncia tuvo que buscar un lugar donde vivir y fue allí cuando un grupo de compañeras feministas la ayudó para alojarse en un refugio de víctimas de violencia de género.
Según la denunciante, su ex empleador la encontró y secuestró. “Me llevó a un lugar donde me torturaron y me extorsionan, y yo le digo que voy a hacer lo que él me diga. Lo que quería es que rectifique la renuncia en el juzgado”, explicó ella.