En enero de 2008, Milton Emanuel Damario se salvó por poco de ser asesinado: recibió siete disparos pero ninguno fue fatal. Ese mismo año, en septiembre, lo alcanzaron otros tres plomos. Ya con 15 años, el Señor de los Sicarios había aprendido muy bien que los encargos debían ser bien ejecutados. A esa edad, fue acusado por primera vez de un asesinato.
Con 25 años, el aspecto de Damario asusta –es de contextura robusta y supera el metro ochenta de estatura– pero es su personalidad lo que aterra: “Tiene las características de un psicópata, es frío, violento y no siente compasión por nadie. Tampoco demuestra ningún tipo de sentimiento por nadie, excepto por su familia, sobre todo por su hermano mayor, José “Pepe” Damario. Sólo con tenerlo cerca uno se da cuenta de su peligrosidad, siempre va armado con una 9 milímetros”, dicen sobre él a PERFIL quienes lo conocen.
Se ganó el título de Señor de los Sicarios, según las mismas fuentes, porque es considerado el asesino a sueldo más pesado de Rosario. Además, “disfruta lo que hace” y tiene un fetiche: “A todas sus víctimas les dispara al menos una vez en el rostro porque tiene la obsesión de que las velen en cajón cerrado”.
En la Justicia le atribuyen cinco homicidios, pero las fuentes que hablaron con este diario cuentan cerca de veinte. Sin dudas, su nombre cobró valor al ser el principal acusado por el crimen de un “intocable”: Claudio “Pájaro” Cantero. El líder de Los Monos, la organización narcocriminal que domina el territorio, fue asesinado el 26 de mayo de 2013.
El pago de un killer varía según la importancia del blanco. Según consta en la causa, en el ambiente delictual se dice que habrían pagado 250 mil pesos para matar al jefe narco. En los informes policiales que constan en el expediente, se habla de hasta 500 mil pesos por la cabeza del Señor de los Sicarios.
Tras el crimen, Damario permaneció prófugo varios meses. Cuando lo atraparon, en septiembre de 2013, llevaba 50 mil pesos y 11 celulares. Días más tarde, al declarar por otra muerte, aseguró que era “limpiavidrios” y que “pedía limosnas”. Sus abogadas, Hilda Knaeblein y Claudia Burgos, pidieron que “no se lo estigmatice”.
El presunto sicario, ahora preso, fue procesado como coautor del homicidio del Pájaro junto a Facundo “Macaco” Muñoz. Según la causa, ambos habrían actuado bajo las órdenes de Luis “el Pollo” Bassi, señalado como el supuesto líder de la banda rival del clan Cantero. El ex barra brava de Newell’s fue procesado como presunto instigador del ataque. Por último, Maximiliano “Popito” Zalazar, cumple prisión preventiva por cinco hechos de tenencia ilegítima de armamento civil y de guerra.
En marzo de este año, los hermanos Damario fueron procesados como autores materiales del crimen de Lucas Espina (26) en el barrio La Tablada. El joven fue acribillado con una ametralladora en la puerta de su casa. Este jueves, en ese mismo lugar, fue asesinada su mamá, Norma Bustos, quien desde 2008 venía denunciado el accionar de las bandas que se afianzaban en el territorio.
En la guerra narco hay reglas. Por esa razón, el asesinato de Bustos sorprendió a todos. Fuentes judiciales indicaron a PERFIL que el robo como móvil está prácticamente descartado y apuntan a una venganza a manos de sicarios. Una línea de investigación se dirige al entorno del presunto killer. “Sus familiares viven en el mismo barrio y el fiscal Ademar Bianchini recaba datos al respecto”, dijeron fuentes judiciales. Creen que la ausencia de testigos tiene un claro motivo: el miedo.
Quienes hayan sido los responsables del último asesinato rompieron el único código que quedaba en pie en el violento sur de la ciudad: “Mujeres y chicos, no”.
Pacto con la muerte
“La muerte y yo firmamos un pacto. Ni ella me persigue ni yo huyo de ella, simplemente algún día nos encontraremos”. Desde prisión, Macaco Muñoz y Popito Zalazar publicaron en Facebook la misma frase. Los procesados por el crimen de Pájaro Cantero comparten, además, fotos de su vida en prisión. Junto a Milton Damario serían parte de la banda rival de Los Monos, que estaría liderada por el Pollo Bassi. Si bien un informe policial indicaba que el crimen de Cantero estaba vinculado a una venganza por el homicidio de Martín “Fantasma” Paz, el juez Juan Andrés Donnola descartó esa hipótesis. Según esa línea, el padre del Fantasma, habría pagado dinero a Bassi para eliminar a uno de los Cantero. “Luis Paz comienza a orquestar una venganza y el cual se convierte en un hijo por un hijo”, indica el informe. Pero Donnala atribuyó la muerte a “una lucha frontal de bandas que dirimen espacio mediante armas y asesinatos de figuras de importancia para que ese espacio y ese ascendiente se consolide”. “No parece alejado de la realidad que el crimen de Cantero haya estado urdido para ganar ese espacio y mostrar fuerza y miedo”, concluyó.