POLICIA
al cumplirse nueve años del asesinato de su hija

El recuerdo de la mamá de Ángeles: “No puedo resignificar tu muerte”

Jimena Adúriz compartió una carta con la que recordó a su hija el día en el que fue asesinada en el barrio porteño de Palermo. “Hoy no puedo resignificar tu muerte; hoy no puedo ser un ejemplo de fortaleza... Hoy solo abrazo tu cajón tratando de sobrellevar este absurdo. Mañana será otro día. Te extraño mi vida, tanto que ahoga”, escribió. El femicida Jorge Mangeri, condenado a prisión perpetua en 2015, pasa sus días encerrado en el penal de Ezeiza.

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Puro dolor. Jimena Adúriz publicó una emotiva carta en Facebook: “Hoy solo abrazo tu cajón tratando de sobrellevar este absurdo”. | cedoc

Nueve años pasaron desde que se conoció el homicidio de Ángeles Rawson. Nueve años desde que su familia intenta entender por qué pasó lo que pasó. Nueve años de que todos los 10 de junio su mamá la recuerda con sentidas palabras. Nueve años “tratando de sobrellevar este absurdo” escribió en sus redes la mamá de “Mumi”. como le decían a su hija.

Ángeles tenía 16 años cuando desapareció en el barrio porteño de Palermo. Había ido a su clase de gimnasia y, se cree que, en el hall del edificio en donde vivía con su familia en Ravignani al 2360 fue interceptada por el portero, Jorge Mangeri, al que conocía desde siempre. 

Nunca ingresó a su casa en la planta baja de ese edificio. La sospecha es que Mangeri la llevó engañada hasta otro sitio (para la fiscalía fue el sótano y para la querella la portería del octavo piso) e intentó abusar de ella. Luego la mató y descartó su cuerpo en un contenedor público de basura de la zona. 

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Al día siguiente el cadáver fue encontrado en la planta de tratamiento de residuos de la Ceamse en la localidad bonaerense de José León Suárez mientras su familia pedía por su aparición en la puerta del edificio. 

“No puedo dejar de pensar y sentir tu pelo enmarañado y medio dormido de la última vez que te di un beso y estabas viva. Fue el domingo 9 a la noche. Nuestra última conversación, el lunes 10, cuando te avisé que había que comprar café. Voy y vuelvo caminando las emociones... la angustia, el horror, la confusión. Salto al primer aniversario donde intentaba proyectar cómo sería vivir más y más años sin vos”, escribió en sus redes sociales Jimena Adúriz, la mamá de “Mumi”, como llamaban a Ángeles sus familiares.

Ángeles había sido abanderada en su colegio. Era una apasionada de la música (ver aparte) y el cosplay, por lo que formaba parte de un grupo de chicos que se caracterizaban como personajes de animé japonés. Vivía en ese edificio donde encontró la muerte con su mamá, su padrastro y sus hermanos (uno de ellos era el hijo de la pareja de Jimena). Después del crimen, esta familia ensamblada no volvió a vivir nunca más allí.

“Es imposible imaginar lo que es transitar este camino cuando te arrebataron la vida siendo tan chiquita y que esto es irreversible”, se lamentó Jimena y continuó con sus sentidas palabras de madre: “Hoy no puedo resignificar tu muerte; hoy no puedo ser un ejemplo de fortaleza... Hoy solo abrazo tu cajón tratando de sobrellevar este absurdo. Mañana será otro día. Te extraño mi vida, tanto que ahoga”.

La causa. Primero se planteó la hipótesis de que “Mumi” hubiese sido interceptada en la calle y secuestrada. Pero luego una cámara de seguridad de la cuadra de Ravignani registró el paso de la joven con su uniforme de gimnasia verde y su morral colgado caminando a pocos metros de su casa. Ahí se apuntó a la familia de la joven y el ojo se puso sobre su padrastro (también hubo un ensañamiento mediático sobre él que golpeó a la familia en ese momento de vulnerabilidad y dolor), pero luego se pudo comprobar que no estaba en ese momento en la propiedad, sino haciendo unos trámites en el banco.

En las horas en que Ángeles estuvo desaparecida y la familia pedía colaboración para encontrarla, el portero se mostraba en la puerta del edificio y hasta le dio el pésame a la familia de Muni luego de que encontraron el cuerpo. 

Pero cinco días después, Mangeri fue llevado como testigo a declarar ante la fiscal del caso Paula Asaro y allí se quebró. “Soy el responsable de lo de Ravignani 2360”, dijo el entonces portero del edificio. Lo que no valió como confesión, pero generó un vuelco en la causa. Las pericias harían el resto.

Ángeles se defendió cuando fue atacada por el portero y rasguñó a su agresor. Los peritos pudieron tomar muestras de ADN debajo de las uñas de la víctima que correspondían a un masculino. Luego, se le puso nombre: Jorge Mangeri, que en ese momento tenía 45 años.

Mangeri fue juzgado y condenado a prisión perpetua en julio de 2015 como autor de los delitos de “femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causae”. Recién podrá solicitar la libertad condicional, tras 35 años de encarcelamiento, en 2048.

La condena fue confirmada por todas las instancias posibles de apelación, incluida la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2018. Está alojado en el módulo 1 del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza en donde se encarga de realizar las tareas de limpieza.

“Me encantaría, no sé si es una ilusión o no, que Mangeri reconociera lo que hizo porque eso lo dignificaría como ser humano. Sería para mí una actitud muy reparadora que me diga qué fue lo que pasó”, dijo Adúriz en una entrevista a Télam cuando se cumplieron siete años del crimen de su hija. 

Durante estos nueve años, Jimena intentó resignificar el dolor en acción y dio charlas sobre violencia de género, prestó su testimonio y vivencias sobre el “maltrato” que recibió del Poder Judicial, participó activamente en la Ley de víctimas. Sin ir más lejos, en noviembre pasado dio una charla ante alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral (junto a otros tres familiares de víctimas) sobre la falencia de la Justicia desde la mirada de la víctima. 

Para Jimena hoy es momento de recordar a “Mumi”, mañana será otro día.

 

Video inédito

Con voz suave se la escucha cantar a Ángeles Rawson uno de sus temas favoritos, según recordó su mamá a nueve años de su asesinato. 

Se trata de un video inédito que conservaba la familia y ahora lo hizo público. 

Ángeles, de 16 años, canta My inmortal de la banda de rock estadounidense Evanescence en una de las habitaciones de su departamento en el edificio de Ravignani al 2300 del barrio de Palermo unos meses antes de ser asesinada.

Jimena Adúriz, la madre de Ángeles Rawson, compartió el video con la agencia Télam y contó que fue uno de los hermanos de la joven, Juan Cruz (que en ese momento estudiaba cine) quien captó el momento. 

A “Mumi”, como la llamaba su familia, se la puede ver entonando la canción y sonreír al finalizarla.

“La música era algo muy importante para ‘Mumi’ y éste era un tema icónico para ella, uno de sus favoritos. Ya lo había cantado en su fiesta de graduación de séptimo grado”, contó la mamá de Ángeles.

El video dura cuatro minutos con 24 segundos en los que Ángeles interpreta el tema con una voz muy suave, sobre la base instrumental de un piano, y en el que alterna miradas al techo, a la cámara y un final con una encantadora sonrisa.

La joven fue asesinada por el portero del edificio el 10 de junio de 2013 cuando regresó de su clase de gimnasia y fue interceptada en el hall por Jorge Mangeri, quien fue condenado a perpetua dos años después.

 

El caso 

Ángeles Rawson (16) fue asesinada el 10 de junio de 2013 en el edificio en donde vivía en el barrio porteño de Palermo.

Su cuerpo fue encontrado en la planta recicladora de la Ceamse de José León Suárez al día siguiente. La habían estrangulado cuando se resistió a un intento de abuso sexual.

Jorge Mangeri, el portero del edificio, fue condenado a prisión perpetua en 2015 como autor del femicidio.

El año del asesinato de Ángeles se registraron 295 femicidios, según el informe anual de la ONG la Casa del Encuentro, construido a partir de reportes periodísticos. En ese momento, fue la cifra más alta entre 2008 y 2013.

Del informe se desprende que unas 83 mujeres murieron baleadas, 64 fueron apuñaladas, 37 golpeadas y 28 fallecieron tras ser estranguladas, como fue el caso de Ángeles.