El juez Luis Zelaya consideró que hay pruebas suficientes para acusar al adolescente de 22 años por el delito de "homicidio agravado" bajo el “odio de género”.
El acusado podría ser condenado a prisión perpetua, pena que recae para quien matare "por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión".
El magistrado obvió la figura del "femicidio", ya que -según el texto de la ley- debió haber existido algún grado de conocimiento o relación previa entre victimario y víctima, lo que en este caso no pudo probarse.
Según informa DyN, Zelaya había concurrido ayer al penal federal de Ezeiza, donde se encuentra detenido el joven, para tomarle declaración indagatoria pero se negó a hacerlo porque, según Jorge Borgo, abogado de Azcona, su cliente "tiene un trastorno importante" y "no se ubica en tiempo y espacio”.
La semana pasada, los estudios psiquiátricos a los que fue sometido determinaron que el joven es imputable y que además es "misógino y presenta rasgos psicopáticos".
La defensa ahora apelará la resolución judicial y pediría la carátula de homicidio simple. Borgo sostuvo al canal TN que van “a ir a la cámara antes del viernes para pedir la impugnación”.
El caso. Azcona estaba en la madrugada del 15 de julio pasado a la búsqueda de una víctima que respondiera a un parámetro determinado desde el punto de vista físico, pero que se adecuara al género femenino y que estuviera en soledad.
La resolución indica que Azcona divisó a la estudiante chilena cuando salía por la boca del subte "A" en la estación Castro Barros a una distancia aproximada de 25 metros, y allí tomó la decisión de asesinarla. El móvil del asesinato fue, según la resolución, el "profundo odio" que Azcona siente hacia el género femenino, lo que quedó reflejado en los rasgos de misoginia descriptos en el peritaje psicológico.