POLICIA
el crimen de la estudiante chilena

El acusado de matar a Nicole tenía un ritual previo a los ataques: ‘Se vestía para ir a cazar’

La abogada que defiende a la familia de la víctima contó que el acusado utilizó la misma ropa en otros casos. El informe psicológico preliminar habla de “violencia contenida”.

Esta semana se presentó a declarar. Su ADN aparece en la escena del crimen.
| CEDOC.

La sangre encontrada en el lugar en donde mataron a la estudiante chilena Nicole Sessarego (21) coincide con el ADN del único detenido, Lucas Azcona. A partir de esta confirmación, la autoría del homicidio estaría esclarecida, pero hoy la atención está puesta en la cabeza de este chico de 23 años. ¿Qué lo habría llevado a matar? ¿Realiza un ritual a la hora de atacar a sus víctimas? ¿Es un serial? Las pericias psicológicas serán claves para contestar estas y otras preguntas, y determinar si es imputable o no. Por lo pronto, el informe psicológico preliminar habla de “violencia contenida” y de un “gusto” por matar animales.

Ayer, la abogada de la familia de la víctima, Patricia Anzoategui, aportó más datos para el perfil del acusado, a partir de la declaración de otras dos presuntas víctimas: dijo que Azcona se vestía “para ir a cazar, ya que siempre se ponía la misma ropa y actuaba de igual manera”.

Los padres del joven detenido contaron a los medios que tuvo una primera infancia difícil: nació con un coágulo en la cabeza, sufrió convulsiones y estuvo en tratamiento médico hasta los 4 años. Luego destacaron que de chico le “gustaba matar animales” y que tenía muchos problemas de conducta cuando vivía con su madre en Chaco, por eso la mujer decidió que se mudase a Buenos Aires con su padre, del que estaba separada. “Es reservado y hasta sumiso”, lo describió su familia. Ellos mismos quedaron sorprendidos cuando se divulgaron las imágenes de las cámaras de seguridad en donde se veía a un joven vestido de negro, con una gorra en la cabeza, caminar tras los pasos de Nicole. La Justicia apuntaba a ese hombre como el asesino, y la hermana de Azcona lo reconoció. Su padre lo entregó a la Policía.  

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Ahora la mente de este chico está en el centro del debate. El informe psicológico preliminar refleja ciertos aspectos de lo narrado por los padres de Lucas. En el estudio se habla de un “gusto por matar y descuartizar animalitos, aunque después sentía angustia”. También de “violencia contenida”, “ubicación” en tiempo y espacio, y de lentitud en el pensamiento (bradipsiquia), según informaron a PERFIL fuentes del caso.

A partir del relato público de otras dos presuntas víctimas, el médico psiquiatra Miguel Maldonado explicó a este diario que “se consolida la idea de que estamos en presencia de múltiples víctimas de un mismo agresor, que ‘opera’ de la misma forma en todos los casos: sigue a la ‘elegida’ como víctima, la atrapa e intenta someterla de manera burda y brutal, aunque afortunadamente en todos los casos conocidos (salvo el de Nicole) no pudo consumar sus propósitos, quizás por esa manera brutal y ‘desordenada’ con que actuó recurrentemente”.

Por su parte, la perfiladora criminal Laura Quiñones Urquiza opina que se trata de un “agresor serial”. “Desde el análisis de la conducta criminal, ese tipo de ataque, el método de aproximación utilizado y las armas indican planificación y el riesgo que corre a ser descubierto (actúa en la vía pública y a cara descubierta en lugares próximos que quizás vuelva a recorrer) pueden ser rasgos coincidentes con una psicopatía o trastorno de borderline (trastorno límite de la personalidad). Un border no se plantea el miedo de ser reconocido, es impulso”.

Los especialistas coinciden en que el acusado elegiría atacar en la llamada “zona de confort” que están referidas al espacio geográfico en donde se mueve porque están próximas a su hogar o trabajo. “Está claro que esto es lo más parecido a la llamada ‘área de confort de los depredadores seriales’ (violadores y/o asesinos), lugar que los agresores conocen perfectamente, sabiendo cuáles son los escondites con que pueden contar, los accesos y salidas rápidas. Sin embargo, este conocimiento de los lugares donde ha operado no le garantizó el ‘éxito’ a Azcona, pues su accionar ‘desorganizado’ y burdo le hizo cometer innumerables errores”, dice Maldonado. 

En este sentido, Quiñones aporta: “Un agresor serial lo que busca es perpetuarse en el delito y por eso evalúa el costo (riesgo) versus el beneficio emocional que obtiene con los ataques”.

 

Sospechan que rastreaba a mujeres en Twitter

Las redes sociales también sirven para confeccionar el patrón de conducta de una persona. La perito informática de parte, Patricia Delbono, destacó a PERFIL que del análisis de los perfiles del imputado en Twitter se vislumbra un “seguimiento” o “visualización” de mujeres con ciertos patrones comunes.
“Hay ciertos indicios que indicarían que la cuenta @ariel900 es propiedad del acusado, pero existirían otros tres perfiles (@ariel1800, @ariel1700 y @ariellucasazcon) que también podrían ser de su autoría”, destaca Delbono.

“Por lo que pudimos ver hasta el momento, Azcona se limita a seguir a otros usuarios sin entrar en contacto con ellos”, describe la especialista y agrega que “como factor común podemos distinguir que realiza una visualización o seguimiento de chicas que se podrían considerar muy bonitas, con apariencia de ser extranjeras, o varias con el nombre Mía o Lilu”. La especialista aclara que “el principal objetivo” de su intervención es determinar si existió algún contacto entre la estudiante y el acusado a través de la web, por lo que espera acceder a la notebook y el celular de Azcona.

En las redes sociales se buscan “ciertos rasgos que sirvan para sumar elementos en la confección del perfil” y una posible conexión entre víctima y victimario, explica Delbono.