Un botín de 80 mil dólares fue el que obtuvo la banda de delincuentes que ejecutó un organizado robo en una casa de la localidad de Gonnet, hace tres meses. Desde ese momento hasta la fecha se registraron otros casos en viviendas y comercios de la capital bonaerense, varios bajo la misma modalidad: rompiendo los puntos de acceso a mazazos, sin reparar en las consecuencias de un accionar tan violento como ruidoso. Otro aspecto en común es la falta de recursos policiales no solo para capturar a los responsables sino para identificarlos, pese a contar con herramientas como cámaras de seguridad y similitudes en el modus operandi.
El primer episodio que llamó la atención por su brutalidad se materializó en un domicilio de la calle 508 entre 13 y 14 a las 20.30 del 1º de agosto, cuando el dueño se encontraba fuera de la ciudad. Armados con mazas, cinco ladrones golpearon la puerta hasta destrozarla, ignorando la cámara que registraba la maniobra. Ya en el interior, se apoderaron de la mencionada cifra en moneda extranjera que el propietario guardaba tras haber vendido un departamento.
“Yo estaba de viaje y me avisó un vecino. Vi todo en vivo a través del celular”, dijo Darío, la víctima. Y añadió, haciendo hincapié en la organización delictiva: “Fueron muy decididos y organizados, si hasta rompieron el jacuzzi para ver si había dinero. Llevaban pasamontañas y guantes de látex y estaban dispuestos a todo ya que la zona es muy transitada”. Afirmó que “no fue al voleo, sino un golpe comando. Alguien les brindó la información de la transacción que acababa de hacer, porque revolvieron puntos claves”. Acerca del efectivo que se llevaron, la víctima detalló que había decidido preservarlo en el inmueble “porque creí que era el lugar más seguro” y porque no dispone de una caja de seguridad en un banco.
Un dato que estudian los pesquisas ante el crecimiento de estos hechos es la creencia o la certeza que tienen los bandidos sobre el aumento de efectivo dentro de las casas.
Dos bandas. En un suceso similar, a una hora similar (cerca de las diez de la noche del 23 de octubre), otra vez cinco delincuentes hicieron de las suyas empleando la misma técnica, en el barrio platense de La Loma. Valiéndose de una maza rompieron el acceso de un local de informática que funciona asimismo como casa particular, en calle 37 entre 22 y 23, y dieron vueltas y vueltas en búsqueda de un efectivo que nunca hallaron. Operaron sin los propietarios presentes y evidenciaron un cierto plan ideado, aunque con resultado adverso. “Sospechamos que tenían el dato de que había una fuerte suma de dinero”, contó un vocero policial. Sin embargo, huyeron con apenas una computadora. Una cámara de seguridad grabó los movimientos y determinó que manipulaban escopetas y armas cortas, con las que dispararon en la fuga tras haber sido descubiertos por un grupo de vecinos que los atacó lanzándoles botellazos.
En diálogo con PERFIL, un investigador relató que “en estos casos en particular, creemos que pudo actuar la misma banda, por el modus operandi. No solo por la maza y los horarios, sino porque aparentemente contaban con data precisa. Sabían dónde ir y qué buscar, tratando de no poner vidas en riesgo al actuar en ausencia de moradores. En el ilícito de La Loma o se equivocaron de blanco o les pasaron información errónea”.
Un dato que estudian los pesquisas ante el crecimiento de estos hechos es la creencia o la certeza que tienen los bandidos sobre el aumento de efectivo dentro de las casas, y de esconderlo allí en detrimento de depositarlo en entidades bancarias ante la inestabilidad económica.
Claro que los asaltos no culminaron allí. Siempre con la maza presente, lo que se modificó fue la profesionalidad de los intérpretes, que lleva a la cúpula policial platense a sospechar que se trata de dos organizaciones diferentes.
En la ciudad de La Plata, los vecinos denuncian una ola de robos bajo esta modalidad
“Una puede estar compuesta por delincuentes experimentados, mientras que la otra parece más juvenil, integrada por adolescentes torpes que actúan al azar, de los cuales ya se está trabajando sobre la identificación de dos de ellos”, amplió el vocero. A esta última la responsabilizan del fallido robo contra un inmueble de 135 y 63, donde cuatro ladrones no pudieron derribar la puerta pese a pegarle con mazas y diversos golpes. De hecho, uno de los implicados –menor, por lo que puede desprenderse de la cámara en la que quedó registrado– tomó envión para darle una patada voladora, pero tropezó antes de llegar a destino. Además, ya durante la fuga una vez que sonó la alarma vecinal, quedó enganchado en la reja de la propiedad, demorando el escape.
De allí no se llevaron nada, mientras que en dos comercios de City Bell, a los que ingresaron tras romper un blíndex, se apoderaron de un televisor pero dejaron olvidada, a su vez, la maza de albañil utilizada. Aunque menores y desorganizados, continúan prófugos, como los demás.
Modus operandi
◆ Por lo general actúan en horario nocturno y realizan inteligencia previa.
◆ Utilizan hachas o mazas para destrozar las puertas de los objetivos que marcan.
◆ Por las cámaras que hay instaladas en las inmediaciones y hasta en el interior de la vivienda, toman la precaución de cubrir sus rostros con capuchas y pasamontañas.
◆ Para evitar sorpresas y resistencia en el caso de encontrarse con una víctima, los que entran a robar empuñan armas de fuego.
◆ En la ciudad de La Plata, los vecinos denuncian una ola de robos bajo esta modalidad.
◆ Según los investigadores del caso, hay dos bandas que estarían detrás de los hechos más violentos de las últimas semanas.
◆ También se registraron casos en distintos puntos del Conurbano y el interior del país.
Casos en Recoleta y San Martín
No solo en la ciudad de La Plata se registraron robos con la utilización de mazas como punto característico. En mayo de este año, dos hombres ingresaron a un Rapipago del partido bonaerense de San Martín, uno con un arma de fuego y el otro con un balde de albañil, en cuyo interior escondía una maza. Con esta, comenzó a golpear el vidrio blindado que separa a los empleados de los clientes, aunque no pudo romperlo y huyeron sin perpetrar el ilícito.
En Recoleta, en tanto, tres ladrones dijeron presente en una joyería, amenazaron al dueño y se apoderaron de diez relojes. Al querer irse, la puerta estaba bloqueada con un cierre electrónico. Encontraron una llave, también electrónica, pero al usarla activaron una alarma conectada al 911. Desesperados, destrozaron con una maza las puertas de blíndex y escaparon, aunque dos fueron apresados.
“No mermaron los robos tradicionales, pero sí aumentó esta modalidad de usar mazas y objetos contundentes, como hachas”, le contó a PERFIL un vocero, y agregó: “Es parte de la sociedad en la que vivimos. Los asaltos son más violentos, y muchas veces, producto del alcohol o de drogas, los delincuentes están más desaforados. Les importa poco su vida y, por ende, la vida de terceros”.