Había 11.923,599 kilos de marihuana distribuidos en 11.244 paquetes y 421 bultos. El contenido del camión semitérmico no tenía mayor camuflaje que precintos de la Aduana –de apariencia, falsos– cruzados en las puertas del remolque.
Cuando fue detenido por un control improvisado de Gendarmería en la localidad misionera de San José, el chofer, cuyas iniciales son G.S., intentó hacer creer a los gendarmes que transportaba servilletas de papel con destino a Montevideo.
El detenido no sabía que la organización para la que trabajaba estaba siendo escuchada –en directo– por los responsables de la investigación que desembocó en el operativo más importante en la historia de esa fuerza de seguridad, en cuestión de números. La cantidad de la droga era de tal magnitud que a los narcos les costó dos jornadas preparar la carga y, a Gendarmería, treinta horas pesarla. A la banda le preocupaban las “mejicaneadas”, a los uniformados, perder de vista esa cantidad de droga.
En el país vecino, un kilo puede costar mil pesos. De este lado de la frontera, la droga toma un valor superlativo. Según las leyes de la oferta y la demanda, la misma cantidad puede variar entre los 6 y 9 mil pesos. Si se toma el precio más bajo del mercado, el procedimiento cortó un cargamento de casi 72 millones de pesos. Si se toma el más alto, supera los 107 millones.
Los detectives venían siguiendo el traslado de la droga desde que salió de Paraguay e ingresó al país, vía río Paraná. Incluso antes. Escucharon cómo se desplegaba la compra del camión y estimaron que el envío sería grande de acuerdo con los valores que manejaban los integrantes de la banda. También oyeron las expresiones de extrema confianza en las precintos apócrifos.
Por esa razón, los dos hombres que se movilizaban en un Ford Focus como punteros –una función destinada a dar el alerta de controles al conductor del vehículo donde viaja la droga– no detectaron que los seguían. Tal vez, notaron demasiado tarde que el camión –valuado en 4 millones de pesos– había sido detenido sobre la Ruta Nacional 14, en la intersección con la Ruta N° 105.
C.G. y M.A., uno de ellos sindicado como el organizador del envío, fueron detenidos sobre el kilómetro 536 de la Ruta N° 14, en el paraje Tapebicuá.
Según pudo saber PERFIL, la causa – en manos del juez federal de Eldorado, Miguel Angel Guerrero– es un desprendimiento de otra, iniciada en los últimos meses de 2017 y que guarda relación con el clan de los hermanos Gurié (ver aparte). Se trata de una organización con una estructura celular –no hay un líder determinado–, cuyos miembros poseen dominio territorial y se entrelazan entre sí: la investigación los vincula al secuestro de 120, 144 kilos y 117 de marihuana, el 8, 13 y 20 de mayo pasado. También, lo relacionan a otro secuestro de 144 kilos en enero del mismo año. Todos los implicados tienen puntos de conexión entre sí.
A partir de este procedimiento, se abrirá otro expediente para atrapar a los encargados de distribuir la droga en la provincia de Buenos Aires.
Gendarmería bautizó la operación con el nombre de Curiyú, una serpiente sin colmillos, pero musculosa, que muerde a sus presas para poder sujetarlas y enroscarse, sofocándola, hasta lograr la constricción.
Tras las detenciones, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, celebró el resultado y destacó que se sextuplicó la cantidad de marihuana secuestrada solo por Gendarmería en los primeros meses del año. Del 1º de enero al 15 de febrero de 2017, incautaron 4.181 kilos de marihuana. Este año, durante el mismo período, la cifra ascendió a 27.454 kilos.
La conexión con otra operación
El operativo del jueves pasado guarda relación con otro, conocido como Maderos Narcos, en el que fueron detenidas 15 personas y se secuestró más de tres toneladas de marihuana. Entre los detenidos, se encuentran los hermanos Jorge y Antonio Guarié, dos de los cuatro hombres que debieron ser trasladados, por orden de Miguel Angel Guerrero, denominado “el juez récord” por la ministra Bullrich. El magistrado debió actuar rápido, luego de acceder a una intervención telefónica en la que planeaban una fuga.
La semana pasada, Guerrero aplicó la nueva resolución ministerial 48/2018
–que aplica la condena en costas a los narcotraficantes y responsables de delitos complejos– y embargó a los imputados trasladados por 600 mil pesos, en concepto del costo de su traslado, desde la prisión de Eldorado, hacia una cárcel en Buenos Aires. Los reclusos estuvieron fuertemente custodiados por hombres de Gendarmería y viajaron, primero en helicóptero hasta Posadas; luego en avión a su destino final.
La finalidad del embargo preventivo es evitar la disposición de ciertos bienes de los imputados hasta el arribo de una sentencia definitiva.