Dos penitenciarios declararon en el juicio por la triple fuga de General Alvear y dejaron entrever que hubo una zona liberada que permitió el escape de Cristian y Martín Lanatta, y Víctor Schillaci, en la recordada madrugada del 27 de diciembre de 2015. Ambos coincidieron al señalar que recibieron órdenes de arriba para retirar el sistema de grabación de las cámaras de seguridad (DVR), dos semanas antes de que se produjera la evasión.
En la cuarta jornada del debate oral, que se lleva a cabo en los tribunales de La Plata, cuatro testigos prestaron declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de La Plata: tres guardiacárceles y el hermano de uno de los imputados, Franco Schillaci.
Alberto Córdoba era uno de los penitenciarios que estaba a cargo de la custodia especial que tenían los acusados por el triple crimen de General Rodríguez, a partir de la denuncia que habían realizado contra Aníbal Fernández, por entonces candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, en el programa PPT de Jorge Lanata.
Córdoba explicó cómo los vigilaban. Dijo que los monitoreaban con cámaras de seguridad, pero reconoció que el sistema de grabación fue de-sactivado pocas semanas antes de producirse la fuga.
El alcaide Sebastián Desideri, que prestaba servicio en el sector de sistemas de la Unidad Nº 30, era el encargado de almacenar las grabaciones de las cámaras. También aseguró que el DVR había sido retirado por órdenes de arriba.
Fuerte cruce entre Aníbal Fernández y Martín Lanatta por el triple crimen
Tanto Desideri como Córdoba coincidieron al declarar que el jefe del penal, Manuel Guebara, estaba al tanto de la particular situación en el sector donde estaban alojados los hermanos Lanatta, y Víctor Schillaci.
“Acá nada fue una casualidad. Esto fue una carrera contra la muerte. Para mí hay que analizar cada una de las responsabilidades y después llegaremos a quien tengamos que llegar. Yo quiero demostrar que esto no fue una fuga. Se produjo desde el Estado un favorecimiento para evadirse. Los obligaron a escapar. Para un lado tenían la muerte y para el otro tenían la posibilidad de una fuga con una negociación, que iba a ser la muerte también”, dice a PERFIL Pedro Martini, abogado de los tres acusados.
En la audiencia de este jueves Martín Lanatta le apuntó a Aníbal Fernández: “Lo hago responsable intelectual del triple crimen de General Rodríguez e ideólogo de la fuga”, aseguró ante el tribunal que lo juzga. “Era más peligroso estar en la cárcel que escaparse. Si no me retractaba de las acusaciones me iban a matar”, dijo sobre la famosa denuncia contra el ex jefe de gabinete.
El fantasma de Aníbal Fernández
Franco Schillaci, hermano de uno de los imputados, fue uno de los cuatro testigos que declararon en la cuarta audiencia del juicio por la triple fuga.
A pedido de la fiscalía, relató un extraño episodio que vivió meses antes de la evasión.
Según fuentes judiciales, Schillaci aseguró que recibió en su taller mecánico a una mujer que supuestamente trabajaba con el abogado Antonio Solibaret, vinculado a Aníbal Fernández. “Me llevaron hasta un estudio porque querían hablar con mi hermano”, le dijo a los jueces del tribunal.
Solibaret no es un personaje secundario: es el hombre que aparece en una cámara oculta negociando una tregua con los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci, para mejorar la situación del por entonces candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. En el juicio, el testigo le mostró a los jueces un papel con el nombre y el teléfono de Solibaret que le entregó aquella vez la mujer que lo visitó en su taller mecánico.