Gustavo Arribas y Silvia Majdalani visitarán por segunda vez a la comisión del Congreso que los controla. O que debería controlar a la AFI y a los demás organismos dedicados a las tareas de inteligencia. El primer encuentro con los diputados y senadores que integran esa comisión se concretó en febrero de 2017. Los jefes de la Agencia habían ido especialmente para negar los vínculos de Arribas con la constructora brasileña Odebrecht y el escándalo de corrupción del Lava Jato.
Más de dos años después, lo harán nuevamente con actitud defensiva. El próximo jueves a partir de las 12 del mediodía, en una reunión secreta, buscarán despegar a la ex SIDE de la red de espionaje y extorsión revelada por la investigación del juez Alejo Ramos Padilla. Si bien el presidente de la bicameral es el senador radical Juan Carlos Marino, los opositores aprovecharán la cita para arrinconar a los directores de la Agencia Federal de Inteligencia. Dos diputados harán punta en ese papel: los kirchneristas Leopoldo Moreau y Rodolfo Tailhade.
De mínima, les achacarán haber fallado en la contrainteligencia. Además, sugerirán ciertas complicidades por parte de Arribas y Majdalani, y hasta involucrarán a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en la trama.
Según el juez Ramos Padilla, existía un grupo dedicado al apriete y al espionaje, con fines políticos y económicos. Los participantes eran: el falso abogado Marcelo D’Alessio, los ex comisarios bonaerenses Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, y presuntamente el fiscal Carlos Stornelli.
Exonerado de la policía por haberse asociado con piratas del asfalto de Mercedes, Bogoliuk ocupó un cargo formal en la AFI: lo hizo desde mayo hasta el 31 de diciembre de 2017. Sin nombramiento en la agencia, Degastaldi también chapeaba con ese estatus a cuenta de su amigo.
La otra persona que liga a la AFI con esa supuesta asociación es Rolando Barreiro. Prófugo hasta el viernes pasado, Barreiro trabajó para la ex SIDE desde 2002 hasta marzo de 2016. Entró bajo la gestión de Miguel Angel Toma, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, y se mantuvo en funciones hasta los primeros meses de la etapa macrista.
Según la versión del fiscal suspendido Juan Ignacio Bidone, Barreiro le presentó a D’Alessio, con el que empezaron a compartir información. El viernes, Barreiro (quien recién tiene 37 años) se entregó a la Justicia. “Entró en un grupo de treinta personas, en uno de los puestos más bajos de la escala. Como muchos, terminó siendo cooptado por la inteligencia paralela”, afirma Toma.
El reproche más benevolente que le harán a Arribas y Majdalani será no haber tomado medidas para, al menos, sondear qué hacían Bogoliuk y Barreiro tras abandonar la AFI. “Cuando se van, se van. No es tan fácil hacer esa contrainteligencia”, se ataja un dirigente cercano a la jefatura de la agencia. El escribano Arribas, a su vez, planteará un dato a su favor: haber creado una oficina de asuntos internos.
Los diputados y senadores opositores indagarán sobre otro punto: las cinco bases que, a lo largo de 2016, la ex SIDE montó en la Provincia. Su objetivo era combatir el narcotráfico. Pero Arribas y Majdalani optaron por cerrarlas en 2017.