Recién llegado al consulado general de Argentina en San Pablo, a eso de las 11,30 horas, el gobernador Axel Kicillof procedió a cambiarse de ropa. Dejó a un lado su estilo deportivo informal y vistió un traje, pero evitó la corbata. En la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, a la que asistió acompañado por el embajador Daniel Scioli, y sus ministros Augusto Costa y Jessica Rey, lo esperaban los CEO de 75 grandes compañías industriales, comerciales y de servicios. Fue un auténtico récord de presencia empresarial, según le informaron después los líderes de la FIESP. En el interín, el mandatario bonaerense le dio una entrevista exclusiva a PERFIL.
La gira oficial de Kicillof terminó con una conferencia de prensa donde estuvieron los mayores medios brasileños, incluida la CNN Brasil; pero antes de retornar a la Argentina tuvo otra actividad, que según la ministra de Comunicación Social se trataba de un encuentro de tipo “personal”. Pero periodistas brasileños arriesgaron otra hipótesis: “El Gobernador fue a ver al ex presidente Lula da Silva”. La versión fue ratificada por la asesoría de prensa del Instituto Lula.
— Gobernador, ¿decidió volver a las recorridas de la provincia con el Clío?
— Mirá, a San Pablo no llegamos con el Clío. Más allá de la campaña electoral, tuvimos dos años de gobierno muy atípicos con la pandemia. Y sí, ahora la cuestión es volver a recorrer el territorio provincial, reestablecer un vínculo directo y de cercanía con la gente. Desde luego, por mis actuales responsabilidades ya no voy en el Clío, pero mantengo la misma filosofía: hablar con empresarios, con sindicatos, con la dirigencia y con la militancia. En los primeros tres meses de mi gobierno, había iniciado ese tipo de gestión. Hay miles de fotos que lo testimonian. Ese es mi estilo y no lo he cambiado; aunque ahora la retomada gracias a la mejora sanitaria coincide, como es obvio, con la campaña electoral. Si se pensara que es por la cuestión electoral que he vuelto a esa forma de contactarme, respondo que no es así. La particularidad de nuestra provincia, como bien conoce el embajador Scioli que fue también su gobernador, es su gran riqueza cultural, educativa, universitaria, de paisaje y de producción. Aquí hay que estar en el territorio, hay que estar en el terreno, cerca de la gente. Cuando empezó el plazo electoral estábamos todavía en medio de la epidemia de Covid-19 cumpliendo con los protocolos. En ese momento, la oposición nos criticó diciendo que nuestro gobierno estaba lejos de la gente. Pero claro, estar cerca contagiaba. Ahora no estamos en esa situación y sí, volvimos a retomar nuestro estilo.
— ¿Cómo ve las elecciones del 14 de noviembre?
— La pandemia hizo que gente mucho más experimentada que yo en asuntos electorales se haya equivocado con respecto a los resultados. Me parece que esto no tiene que ver con el hecho de que las encuestas sean buenas o malas, estén bien o mal hechas. Creo que estamos saliendo de una situación pandémica que impactó en el ánimo, en la cotidianeidad de la gente, no sólo de los bonaerenses y argentinos, sino en todo el mundo. De modo que votar saliendo de esa situación es hacerlo en medio de mucha incertidumbre. Por eso es difícil anticiparnos. Lo que sí digo es que se nota la salida de la pandemia: la vacunación exitosa, y como una consecuencia la caída de los casos y la flexibilización en todas las actividades. A eso se suma una batería de medidas del gobierno nacional, provincial y de los municipios, que apuntalan la recuperación. Es lo que da como resultado el ritmo de crecimiento de la Argentina a niveles superiores que la pre-pandemia. Por supuesto que la distribución de esa riqueza que se vuelve a generar también tiene el impacto de la pandemia, donde unos sufrieron más que otros. Y es allí donde el Estado debe operar para equilibrar, para ser democrático también en lo económico.
Empresarios de San Pablo entusiasman a Kicillof y Scioli en su búsqueda de inversores
— ¿Qué lugar le dan al turismo bonaerense entre los sectores que buscan promover?
— Nuestra provincia es una potencia en turismo. Por un lado, están los destinos tradicionales, que son muy diversos y se sintetizan en sierra, laguna y playa, ríos y pesca. Pero también hay mucho turismo vinculado a la tradición y a lo campestre. Hay muchos destinos no tradicionales en la provincia donde falta promoción. Nosotros promovemos medidas específicas que tienen que ver con las fiestas populares e incluso con el patrimonio histórico. Estamos entonces fortaleciendo los destinos tradicionales y los no tradicionales, con un inmenso potencial.
— ¿Proyectan acciones para promocionar en el mercado turístico de San Pablo nuevas opciones provinciales?
— Hay mucho turismo brasileño en la Argentina, pero todavía la mayoría prefiere Bariloche y el sur del país. Nosotros podemos ofrecer las Sierras de la Ventana y de Tandil, además de turismo de pesca y de lo gauchesco. La provincia en ese sentido es una potencia. De modo que hemos decidido fortalecer museos, lugares históricos, lo campestre y las fiestas típicas en los municipios.
— Las empresas que asisten a esta reunión tienen inversiones en la Argentina ¿Qué propuesta lleva para ampliar y conseguir nuevas inversiones?
— Un ejemplo, desde luego, es la industria automotriz, con una fuerte vinculación entre ambos países, que en la provincia es particularmente importante. Pero hay nuevos proyectos en la pesca, gracias a que Brasil abrió el mercado a la importación. Además está la cuestión energética y el entramado de PyMEs a las que todavía le falta mucho para integrarse con la industria brasileña. Hay una posibilidad de tejer un entramado mucho más denso, tanto entre Argentina y Brasil como entre San Pablo y Buenos Aires.
— El interés de los inversores ¿podría estar vinculado al hecho de que los salarios en el país son menores, en términos de dólar, que en Brasil y otros países de la región?
— Las empresas piensan en los precios relativos: el salario, la energía, la financiación. Pero cuando se trata de proyectos a largo plazo, en la relación entre Argentina y Brasil hubo diferentes momentos en que uno de los países era más conveniente que el otro en términos de remuneraciones. Lo que sí puedo afirmar es que ninguna empresa que esté planificando una inversión significativa se va a guiar por la situación cambiaria de hoy. De hecho, Brasil entró en un proceso de devaluación de su moneda bastante marcado y sobre el que se desconoce el horizonte. Creo que cuando las empresas piensan en integrarse productivamente, incluso con una división del trabajo en diferentes localizaciones, lo hacen por factores como la cercanía de los mercados, la logística, el Mercosur y una alianza comercial muy arraigada.
Kicillof en San Pablo: los empresarios brasileños quieren conocer las negociaciones con el FMI
— Es cierto que Brasil está devaluando, pero no es tanto si se compara con el avance de la inflación.
— Sí, pero hace tres años el dólar valía 4 reales y ahora está a punto de llegar a 6. De modo que en ese período se devaluó en 50%. Es bueno recordar que el ex presidente Lula asumió con un dólar a 4 reales y terminó su gobierno con 1,5 reales (por unidad de divisa norteamericana). Luego volvió a 4 y ahora trepa a casi 6. O sea que los movimientos cambiarios en Brasil, con depreciación y apreciación de su moneda, tienen también una variabilidad considerable, lo que depende de las coyunturas. Por eso, consideramos que los grandes procesos de inversión y de integración productiva, que implican diversificación, armado de redes de proveedores, de acceso a los mercados y de diferenciación de mercado, son argumentos más importantes que el costo de la mano de obra en un período específico. En vista del momento de turbulencias y de la tensa situación financiera a nivel internacional, creo que está bastante consolidada la articulación productiva entre nuestros países. Hoy son muchas las empresas brasileñas que operan habitualmente con compañías argentinas. No olvidar que Brasil es nuestro primer socio comercial, mientras que nosotros somos el tercer socio de Brasil, después de China y Estados Unidos. Esto implica hablar de algo que trasciende tanto a la coyuntura como a las orientaciones políticas o ideológicas de los gobiernos.
— ¿Las negociaciones con el FMI pueden tener algún peso en la relación de la provincia con los empresarios paulistas? Por ejemplo, en la concreción de las inversiones.
— No, creo que no. En la cuestión del Fondo lo que debemos hacer es explicar que, cualquiera sea el acuerdo al que se llegue con el FMI, se asegurará la sustentabilidad. Eso es lo que le interesa al empresariado brasileño. Podrían haberse preocupado cuando (el ex presidente) Mauricio Macri tomó prestados miles de millones. Eso sí es insostenible y genera una incertidumbre financiera muy grande.