Después de la reunión con el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, reiteró esta tarde el malestar de la Iglesia Católica por su decisión de no apelar el fallo de la jueza Gabriela Seijas, que habilitó a una pareja de hombres a contraer matrimonio.
"El cardenal Bergoglio le reiteró que, al no apelar el fallo de la jueza en lo contencioso administrativo sobre el matrimonio de personas del mismo sexo, había faltado gravemente a su deber de gobernante y custodio de la ley", aseveró el arzobispado de Buenos Aires en un comunicado sobre la reunión que ambos mantuvieron hoy, a solas, en la curia metropolitana.
En un escueto texto, el arzobispado recordó que "la Constitución y los Códigos nacionales no pueden ser modificados por un juez de primera instancia", en alusión a la magistrada que dictaminó la inconstitucionalidad de dos artículos del Código Civil para permitir el matrimonio homosexual.
"Corresponde al mandatario del Ejecutivo tomar todas las medidas para que haya certeza de la legalidad del acto, que en este caso no la hay, y de allí surge la obligación de apelar", señala el comunicado, reproducido por la agencia DyN. Bergoglio había criticado públicamente a Macri la semana pesada por no haber apelado el fallo de Seijas.
Bergoglio se había sentido "sorprendido" por el respaldo del jefe comunal a la sentencia judicial. "Esto constituye un signo de grave ligereza y sienta un serio antecedente legislativo para nuestro país y para toda Latinoamérica", advirtió el purpurado, ante el fallo de la Justicia que permite la igualdad ante la ley.
Macri calificó entonces la decisión judicial como "un paso muy importante" y dijo que "hay que aprender a vivir en libertad sin vulnerar los derechos de otros", al argumentar las razones de su decisión de no apelar. Hoy, tras salir de la reunión de apenas 30 minutos con Bergoglio, Macri reconoció que el purpurado le manifestó que "no estaba de acuerdo que no haya apelado".