Un Kirchner quedó ayer tras las rejas. Se trata de Carlos Santiago Kirchner, el primo del ex presidente que estuvo a cargo del área de coordinación del Ministerio de Planificación desde donde se entregó discrecionalmente obra pública al detenido Lázaro Báez. Hoy, 23 de diciembre, el primo de Néstor pasará su cumpleaños 64 en el hospital penitenciario de la cárcel de Ezeiza.
Hace un año, Carlos Kirchner había sido procesado por ser parte de una asociación ilícita que encabezó Cristina Kirchner, a la que embargaron por $ 10 mil millones. Su libertad no estaba en jaque. Pero en los últimos días, quedó en la mira de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques cuando le encontraron 80 mil dólares, 239 mil pesos y joyas en una caja fuerte del Banco de Santa Cruz en Río Gallegos. Se los incautaron junto a cinco vehículos.
Ayer, la fiscalía pidió su detención porque tuvo la intención de ocultar su patrimonio y frustrar el recupero de unos 4 millones de pesos sospechados de corrupción.
“La descapitalización de activos monetarios fue realizada conforme avanzaba el proceso penal e instrumentada en un brevísimo tiempo a través del vaciamiento de los principales productos bancarios”, se señaló. Además, se deshizo de acciones de una sociedad familiar y mantuvo abierta una firma en los Estados Unidos, se añadió.
Pero a las maniobras “económico-financieras elusivas”, los fiscales le agregaron una circunstancia que, al principio, les pareció un chiste. Carlos Santiago Kirchner había dado dos domicilios en Río Gallegos. Los dos sobre la Avenida Néstor Kirchner y ninguno existía. Uno era un baldío. El otro, la cárcel.
En el dictamen al que accedió PERFIL figuran las fotos: en Av. Néstor Kirchner 303 hay “un terreno baldío, destruido y abandonado, con una pared en su frente pintado con una leyenda ‘Cristina Presidente’”. En Av. Néstor Kirchner 126, funciona la Unidad 15 del Servicio Penitenciario Federal. Con estos elementos, la fiscalía reclamó al juez federal Julián Ercolini el arresto. Casi de inmediato, el primo de Néstor apareció ayer en el edificio de Comodoro Py.
Solo, subió al cuarto piso para ponerse a disposición y explicar las sospechas. Pero quedó preso porque para Ercolini hubo un “comportamiento hostil” y “engaños” que se sumaron “a los lazos funcionales que tiene como consecuencia del cargo de alta jerarquía que ostentó durante un extenso período temporal”. El juez añadió que el primo K “cuenta con recursos suficientes tanto para profugarse como para entorpecer la manda judicial que recae sobre sus bienes”.