Distendidos, el presidente Mauricio Macri, Elisa Carrió y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pusieron ayer primera en la batalla electoral en Capital Federal. Presentaron la alianza “Vamos Juntos” en un contexto que a Cambiemos le cae bien: timbreo y reunión con vecinos en una feria, donde hubo dardos contra Martín Lousteau, principal adversario del oficialismo en territorio porteño para las próximas elecciones.
El lugar elegido fue el “Patio de los Lecheros”, una feria de Caballito que se montó sobre una vieja playa de descarga para tambos del Interior. Se trató de un evento sumamente cuidado. Vecinos, militantes y funcionarios comenzaron a ingresar alrededor de las 9, mientras que la prensa tuvo un acceso limitado más de una hora después y dentro de un perímetro vallado.
Los popes del frente recorrieron puestos y se ubicaron en una mesa para dialogar con los vecinos “sobre las preocupaciones del barrio”, según aclaró a su término Rodríguez Larreta, acompañado por la líder de la Coalición Cívica. Macri se retiró sin hacer declaraciones.
Carrió, que había tenido cortocircuitos con el Gobierno en las últimas semanas (cuestionó a la vice de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvia Majdalani, y llegó a denunciar que la espiaron, de lo que luego se retractó) se mostró alegre y realizó bromas. Ratificó “el camino de unidad con el PRO”, aunque evitó opinar de la AFI: “No voy a hablar de eso porque estoy en campaña. Me lo prohibieron”, dijo entre risas.
El factor Lousteau acaparó gran parte de la atención. La diputada se quejó de la imposibilidad de competir bajo el sello de Cambiemos. “Me hubiera gustado que los que fundamos Cambiemos en ese enero inhóspito en Buenos Aires, hubiéramos llevado el nombre. Uno puede competir, pero no dejarme llevar el nombre es un poco fuerte”, fustigó en un tiro por elevación al ex embajador, que amenazó con la impugnación.
Rodríguez Larreta siguió la línea que el Gobierno desplegó desde el momento en que se supo que el líder de ECO abandonaba la Embajada en Washington. “El decidió irse del gobierno de Mauricio Macri”, destacó.
Desde la alianza se le achaca al ex embajador una cuestión “poco constructiva” al no esperar hasta 2019 para discutir la conducción de la Ciudad, “como se había hablado”. La intención es mostrarlo como rupturista y apelar a la idea de unidad, pese a todo. Tanto el PRO como la Coalición Cívica utilizarán “Vamos Juntos” con conceptos que aludan al cambio y polaricen con “el pasado” con el que identifican al kirchnerismo.
Ayer, Carrió pidió preguntarle por la falta de acuerdo con el radicalismo –otro socio de Cambiemos– a Enrique “Coti” Nosiglia, aunque no dijo más. Por lo bajo, señalan al histórico operador radical como el verdadero promotor de la candidatura de Lousteau. PRO y la Coalición Cívica se encargarán de aceitar el acercamiento lo que dure la campaña. Además del compromiso de “Lilita” de no hablar sobre ciertos temas, ambos espacios están conversando sobre la posibilidad de fundirse bajo un mismo interbloque en la Legislatura porteña, donde los lilitos mantienen una actitud distante del Gobierno porteño.