El miércoles cuando se conoció la sentencia a 12 años en su contra, Lázaro Báez la escuchó desde un domicilio en la provincia de Buenos Aires. Se trata del lugar al que fue trasladado cuando se le otorgó la domiciliaria tras más de cuatro años de prisión preventiva. Eso a diferencia de su hijo mayor, Martín, quien escuchó el veredicto a nueve años de prisión en su contra desde el penal de Ezeiza al que ingresó en enero de 2019. Lo suyo es casi una excepción en el panorama actual que indica que de los más de 70 hombres cercanos al kirchnerismo, entre ex funcionarios y empresarios que estuvieron detenidos, la mayoría fueron siendo excarcelados o beneficiados desde el regreso del kirchnerismo al poder.
Ezeiza. En el penal de Ezeiza junto al mayor de los hermanos Báez también están alojados los ex secretarios de Transporte de las anteriores gestiones kirchneristas, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. Jaime es uno de los que más intentó dejar prisión desde que el 2 de abril de 2016 se convirtió en el primer ex funcionario en ser detenido. Sin embargo y a pesar de dar distintos argumentos -como el cuidado de su madre y hermano- la justicia siempre le dijo que no. Una situación muy diferente de la de Amado Boudou, el ex ministro de Economía y vicepresidente de la Nación que a pesar de tener su condena en el caso Ciccone confirmada por la Corte Suprema de Justicia sigue gozando del beneficio del arresto domiciliario.
Otros beneficiados
No es el único que goza de ese beneficio. Junto a él están en esa situación Báez padre y la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, o el dirigente piquetero Luis D’Elía. En una situación similar está el ex secretario de Obras Públicas José López. Detenido desde junio de 2016, “Lopecito” está en un lugar desconocido tras acogerse a la figura del arrepentido en el marco del caso de los cuadernos de la corrupción e ingresar al Programa de Protección de Testigos e Imputados.
Cuadernos. Precisamente el caso que comenzó con los cuadernos de Oscar Centeno, que irrumpió públicamente en agosto de 2018, coincidió con uno de los momentos de mayores detenciones de empresarios y ex funcionarios ligados al kirchnerismo. Para entonces y desde 2017 ya estaba detenido Julio De Vido, que fue primero beneficiado con la domiciliaria en diciembre de 2019 y excarcelado en marzo de 2020. Una suerte similar a la de quien fuera su segundo, Roberto Baratta.
Cambios en
algunos artículos
reducirían las
posibilidades de
ir preso
El universo de liberados también alcanza a los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa, que estuvieron detenidos y fueron liberados en dos ocasiones. La última, en octubre de 2019.
La llegada de la pandemia benefició a Boudou y también jugó a favor de D’Elía, quien obtuvo la domiciliaria y contrajo la enfermedad en su casa.
Otro cuya suerte cambió en el último tiempo fue el sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, quien dejó sus días en prisión tras más de tres años preso.
Por el caso Ruta del dinero K también supieron estar presos el contador y abogado de Lázaro Báez, Jorge Chueco y Daniel Pérez Gadín, quienes también salieron de la carcel de Ezeiza. Ambos, al igual que varios otros de los acusados en el caso, recibieron condenas por parte de la justicia, pero de momento no volverán al penal.
El panorama general se completa a futuro con la escasa posibilidad de que los involucrados en casos penales vayan a prision en algún momento. La reciente puesta en marcha de seis artículos del código procesal penal complejiza un escenario que dilata tiempos y agranda la sensación de que aún en aquellos casos en los que hay condena, nadie la cumple.