Tras haber sido absuelto en un polémico fallo en el marco de un juicio oral y público por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura cívico-militar, César Milani, exjefe del Ejército de Cristina Fernández de Kirchner rompió hoy el silencio. Lo hizo en una entrevista radial con el cura Juan Carlos Molina, ex titular del Sedronar durante el kirchnerismo. “Estoy bien, tratando de bajar las tensiones. Después de dos años y medio detenido, sabiendo que estaba detenido injusta e impropiamente”, afirmó. Milani, que en septiembre será juzgado en otro caso donde también se le imputan delitos de lesa humanidad, aseguró que fue un “preso político” y que se lo condenó “socialmente por los medios hegemónicos”. También afirmó que las denuncias en su contra comenzaron “tres días después” de haber asumido la jefatura del Ejército. "Miro para atrás y no me arrepiento”, aseveró el dirigente. La absolución de Milani será apelada y podría llegar a ser revertida por la Cámara de Casación. Fiscalía y querellas habían pedido penas de entre 18 y 20 años para él.
"Durante mi vida militar nunca tuve una acusación. Pasé por todos los cargos y controles habidos y por haber”, sostuvo. "A los tres días de hacerme cargo aparece todo esto. Después de 40 años de carrera aparecen todas estas acciones. Me enteré en 2013, tres, cuatro días después de hacerme cargo del Ejercito”, insistió en la entrevista en Rompiendo Moldes, por Somos Radio.
Milani liberado: su pasado y presente como miembro del Ejército
A pesar de lo sostenido por Milani, la realidad es que las denuncias estaban desde antes de que asumiera. Precisamente su candidatura al cargo había sido impugnada por las sospechas en torno a su rol durante la dictadura, es decir antes de conseguir que se concretara el ascenso. Fue el propio Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) quien objetó su postulación en 2013. Entonces, una vez que se conoció este hecho, el propio Milani pidió hacer un descargo. El CELS le dio la posibilidad y tras recibir el pliego de respuestas de Milani insistieron en la impugnación. Fue tras considerar que las respuestas de Milani no disiparon el cuestionamiento anterior. “Por el contrario, agregan elementos que hacen inconveniente su ascenso y su permanencia como jefe de Estado Mayor del Ejército y son contradictorias con fallos de la Justicia que tienen autoridad de cosa juzgada y con la información pública disponible sobre aquellos años”, sostuvieron desde el organismo.
En el juicio que culminó este viernes en La Rioja, Milani estaba acusado por los secuestros y torturas contra Pedro y Ramón Olivera, padre e hijo, ocurridos en 1977. Por entonces él era subteniente y cumplía servicios en el Batallón 141. Mientras que Pedro falleció en 1999, su hijo Ramón estuvo en el lugar y fue testigo además de querellante en el juicio.
Milani enmarcó las acusaciones penales en su contra, que fueron investigada por la justicia federal de La Rioja y Tucumán, en la política que aseguró querer instalar en las Fuerzas Armadas. “Yo tuve un encendido discurso. Nunca me van a poder perdonar ciertos sectores que un jefe del Ejército hable de un proyecto nacional, popular. Eso es inconcebible para los que creen que el Ejército les pertenece”, sostuvo. Allí apuntó a “los poderes políticos, mediáticos hegemónicos, sectores del poder judicial, apoyados por algunos sectores de inteligencia, con apoyos de potencia extranjera, militares retirados, afectados por mi política nacionalista”. Y agregó que “aparte de contra Cristina, era 'vamos a darle un escarmiento, no podemos permitir que el jefe del Ejército diga eso'”.
Absolvieron a César Milani de todos los cargos: disponen su libertad
Luego se refirió a la causa por la desaparición del conscripto Alberto Ledo, quien cumplía servicios bajo su órbita, y que pronto lo tendrá en el banquillo de los acusados. En el caso, una de las pruebas es la firma de Milani en el acta apócrifa de la deserción de Ledo. “En la causa de Tucumán no hay absolutamente nada. Ni siquiera la firma mía”, sostuvo e insistió en la retórica a la que recurrió también este viernes: “No me van a quebrar, yo estoy de pie”.
En su declaración mediática, Milani no hizo alusión a otras dos causas que lo comprometen. No tienen que ver con la dictadura, sino con su pasado reciente. Tiene en su futuro cercano un juicio por posible enriquecimiento ilícito y una posible indagatoria ante la sospecha de que armó a medida una licitación en la compra de puentes modulares por cerca de USD 1,5 millones para beneficiar a la firma Acrow. Respecto del caso de enriquecimiento ilícito, el exmilitar no pudo explicar a la justicia cómo compró adquirió una casa de medio millón de dólares en La Horqueta, San Isidro, ni por qué la declaró en un monto muy inferior al de mercado.
CD / AS