Cristina Fernández de Kirchner dará en una semana su último mensaje como presidenta ante el Congreso. La apertura de las sesiones ordinarias marcará el inicio de su despedida del poder. La última parte de la carta que la jefa de Estado difundió ayer en Facebook para criticar la marcha del 18F desnuda ese fin de ciclo: cuenta cómo pretenden quedar en la historia los gobiernos kirchneristas, al enumerar las medidas de su gobierno. CFK tiene decidido mantener la agenda hasta el último día que le toque gobernar. En los meses que le quedan, la jefa de Estado evalúa llegar al primero de marzo con algunos retoques en el Gabinete.
El más importante sería la salida del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para reemplazarlo por un hombre más confrontativo, como el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández. Se vienen momentos complicados para el Gobierno y necesita de un defensor a ultranza del modelo que tenga habilidad con los medios de comunicación.
Discurso. Uno de los ejes del mensaje para la Asamblea Legislativa será refutar los “pronósticos agoreros” sobre la situación económica de la Argentina que visualizaban algunos especialistas para el fin de 2014. “El dólar no terminó a 20 pesos, la inflación no se fue por las nubes, y se recuperaron reservas”, graficó otro funcionario a este diario.
Inscribirá esos pronósticos en el marco de un plan para “desestabilizar” al Gobierno, y en ese contexto describirá la muerte del fiscal Alberto Nisman. Aludirá, como lo hizo ayer en la carta, del “Partido Judicial” entre los que agrupa a jueces y fiscales decididos a “desgastar la gestión”. El discurso se extenderá por tres o cuatro horas. “El 18F no es el homenaje a un fiscal, ni siquiera un reclamo insólito de justicia, sino el bautismo de fuego del Partido Judicial”, escribió la jefa de Estado en su página web. Y agregó que ese partido es el “nuevo ariete contra los gobiernos populares, que suplanta al Partido Militar en el rol que, en el trágico pasado, asumiera respecto de gobiernos con legalidad y legitimidad democrática”.
Será por eso, también, que el oficialismo prepara la contramarcha. “El objetivo es que la Plaza de los dos Congresos explote de gente, para demostrar que nosotros todavía manejamos el poder de movilización”, explicó un referente K del conurbano a PERFIL. La organización corre por cuenta de intendentes, sindicalistas afines, el Movimiento Evita, La Cámpora y otras agrupaciones sociales. Adentro del Congreso, sin embargo, Cristina pidió grupos que puedan ser “controlados”. No quiere silbatinas ni rechazos a figuras de la oposición.
Cambios. Capitanich le reconoció a uno de sus colaboradores que quería disputar la intendencia de Resistencia, tal como publicó PERFIL hace dos semanas. Una forma de rearmarse políticamente, después del desgaste de la gestión.
Aníbal Fernández, en su intimidad, busca convertirse en el arquitecto de una transición legal y técnica ordenada. Se promociona como capaz de garantizar que una vez que cambie el Gobierno el 10 de diciembre, no queden vestigios de eventuales desprolijidades en la gestión que puedan devenir en problemas con la Justicia.
Los meses de la campaña serán complicados para el kirchnerismo. Boudou está doblemente procesado y enfrentaría un juicio oral después de las elecciones. Cristina está imputada por encubrir el atentado a la AMIA. Varios funcionarios del Gabinete tienen cuentas pendientes con la Justicia, desde Capitanich hasta el ministro de Planificación, Julio de Vido. Y Máximo Kirchner podría ser llamado a indagatoria por las irregularidades en el manejo de los hoteles de la familia.
Hay rumores de más cambios. Juan Manzur sería candidato en Tucumán, por lo que habría que cambiar la estructura del Ministerio de Salud. Y algunos especulan con una salida anticipada de Alicia Kirchner, que pretende ser gobernadora en Santa Cruz. En la previa a su discurso, Cristina Kirchner celebró su cumpleaños en la residencia de veraneo presidencial de Chapadmalal, acompañada por los jóvenes de La Cámpora. Además de Máximo y Florencia, estuvieron Eduardo “Wado” de Pedro, José Ottavis y Andrés “Cuervo” Larroque.
Mañana aparecerá en un acto en Berazategui. El domingo próximo, en la apertura de sesiones. Y después se pondrá manos a la obra para preparar su salida del Gobierno.
Timerman contra la marcha
El canciller Héctor Timerman concedió ayer una entrevista a la BBC de Londres en la que admitió que existía un borrador en el que el fiscal Alberto Nisman solicitaba su arresto, afirmó que ni él ni la presidenta Cristina Kirchner hicieron “nada malo” (en referencia al memorándum con Irán) y aseguró que se defenderá en los tribunales cuando le toque el turno. El funcionario, fuertemente cuestionado por la comunidad judía, se refirió a la marcha del 18F en homenaje a Nisman. Y fue, como siempre, polémico. Si bien admitió que tenía que respetar y escuchar a la gente “que estaba enojada con el Gobierno”, dijo que las marchas no siempre son una expresión de la democracia. “Recuerde las marchas que se organizaron contra el presidente chileno Salvador Allende. ¿Fueron democráticas? La gente a veces sale a la calle, pero no significa que eso sea democrático”, indicó.