POLITICA
estrategia oficial

CFK y Scioli, los reales candidatos de la campaña

La Presidenta y el gobernador acompañaron toda la semana a Insaurralde en sus visitas al Conurbano. La figura de Scioli habría sido la verdadera clave para que baje el nivel de desconocimiento del intendente.

Zurdazo. Ayer, en la reinauguración del estadio de Deportivo Morón, la Presidenta junto a Sabbatella, Ghi, Scioli e Insaurralde.
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En el primer spot de campaña que difundió el Gobierno, el candidato K, Martín Insaurralde, aparece una sola vez y sobre el final. Antes, se difunde la imagen –repetidas veces– de Cristina Kirchner paseando los logros de su gestión. La Presidenta sabe que corre contrarreloj: es difícil instalar a un candidato en menos de un mes y, aunque seguirá promocionando su nombre hasta el cansancio, la apuesta es que los que voten al Frente para la Victoria lo hagan gracias a ella, que no es candidata, y al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que tampoco lo es. El Conurbano está empapelado con las caras de ellos dos junto a la de Insaurralde. Ayer, inauguraron todos juntos el estadio del Deportivo Morón.
La jefa de Estado atrae el voto del núcleo duro, es decir, el de los convencidos, que ronda, de acuerdo a la encuesta que se elija, entre los 30 y los 35 puntos en la provincia de Buenos Aires. Scioli la ayudará a quitarle votos al intendente de Tigre, Sergio Massa, básicamente porque los dos tienen el mismo discurso: un “ni”, que da muchos resultados.

Dicho por un funcionario del Gobierno: “Scioli en nuestras encuestas tiene una imagen positiva alta y una negativa baja, aunque no haya motivos, porque su gestión es un desastre. Pero nos sirve para la campaña”. Ayer, el gobernador pidió votar por Insaurralde. El matrimonio por conveniencia llegó a punto tal que CFK delegó algunos actos directamente en Scioli: el jueves estuvo en Tigre junto a Insaurralde inaugurando obras en distrito enemigo.

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El ex intendente de Morón, Martín Sabbatella, le pidió por favor a Scioli (con quien compitió en 2011) que asistiera al acto que ayer encabezó Cristina en el distrito. Pero lo de Sabbatella no es una excepción. Según fuentes del Gobierno, todos los candidatos oficialistas buscan ahora la presencia de Scioli para promocionarse. El gobernador, puertas adentro, atribuye su irrupción en la campaña al acortamiento de la brecha entre Massa e Insaurralde.

En la Casa Rosada son optimistas. Analizan las debilidades de Massa. Dicen que si sigue sin definirse en algunos puntos cruciales perderá algunos votos a manos del kirchnerismo o de alguna de las otras fuerzas que están en la competencia. Sin embargo, al momento, el escenario es de derrota K. Lo importante es si se trata de una derrota digna o de una paliza. En el oficialismo dan por descontado que no habrá una gran diferencia entre las dos fuerzas. Es más, creen en un empate técnico. Otra premisa que corre por los pasillos del Gobierno es que la elección no va a definir nada. Y ponen como ejemplo la de 2009, cuando Francisco De Narváez les ganó a Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa juntos, y hoy pelea el cuarto lugar en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo hará Massa para mantenerse como potencial candidato a la presidencia dos años siendo diputado? Es la pregunta que se hace el Gobierno.

El miércoles, en La Matanza, el kirchnerismo hará una muestra de poder: juntará a 16 gobernadores, encabezados por Scioli y organizado por el instituto Gestar.