Luego de que Cristina Fernández finalizara su disertación (ver aparte), de forma inmediata subió al atril el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Desde allí, el mandatario bolivariano saludó a toda la comitiva argentina, entre los que, curiosamente, se encontraba el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa, funcionario investigado por la justicia por viajar en el avión oficial que trajo a Guido Antonini Wilson.
Antes de volver a declararse peronista, Chávez saludó con un protocolar “querido presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa”, al funcionario que viajó junto al ex director del Occovi, Claudio Uberti, quien tiene un pedido de indagatoria de la fiscalía que analiza el destino de la valija con u$s 800.000 que Antonini Wilson intentó ingresar sin declarar a la Argentina en agosto pasado.
Espinosa no fue investigado por la fiscal María Luz Rivas Diez, por considerar que, pese a que fue Enarsa el que contrató el chárter de la empresa Royalclass, Uberti fue el funcionario encargado de invitar a viajar a Antonini Wilson y al hijo del vicepresidente de PDVSA, Daniel Uzcátegui.
Chávez peronista. Sin hacer referencia al conflicto de Colombia y Ecuador, el presidente de Venezuela hizo hincapié en las relaciones económicas con Argentina, las cuales buscan, según destacó el mandatario, “retomar el sendero” que alguna vez transitaron los próceres José de San Martín y Simón Bolivar.
Chávez, afirmó que es "en verdad peronista" y abogó por profundizar el "proyecto de la gran patria sudamericana".
“Fuerza Ingrid”. Para finalizar, Chávez saludó a la senadora colombiana Piedad Cordoba y Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata a presidente, Ingrid Betancourt, quien se encuentra secuestrada en la selva por las FARC hace más de seis años. A ambas le pidió “fe y esperanza”.