POLITICA
DE ANGELI ADELANT QUE VUELVE EL PARO

Cheppi se esfuerza, pero el campo dice "no va más"

Los ruralistas ultiman los detalles para una nueva medida de fuerza, a pesar de la promesa de medidas "concretas" del secretario de Agricultura. La sequía y el cansancio, los detonantes.

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| Cedoc

La paciencia del campo llegó a un límite extremo y hoy, más que nunca, los ruralistas se aprestan a regresar al paro agropecuario ante la falta de respuestas del Gobierno, tras la derogación de las retenciones. "Esto no va más", sentenció el titular de Confederaciones Rurales Argentina, Mario Llambías, y pidió medidas concretas. "Si el gobierno no nos da nada, productores y argentinos tendremos que buscar la forma de encontrar soluciones, pero esto no va mas", repitió, desde la apertura de la Exposición Rural de Reconquista, Santa Fe.

Llambías, uno de los dirigentes más duros a la hora de pararse frente a la administración de Cristina Fenández, marcó su preocupación porque "además de no resolver las cuestiones productivas, en el gobierno se auto titulan como expertos en carnes, ganadería y energía", al tiempo que aseguró que "los tiempos se están agotando" y reclamó "por algo que debería ser básico: una política agropecuaria, que incluya la agricultura, la ganadería, la lechería y las economías regionales".

Toda la expectativa estará centrada mañana en la reunión que la Mesa de Enlace de las entidades realizará mañana en la ciudad de Buenos Aires. "Si bien hay detalles por consensuar, la coincidencia es total respecto de las necesidades urgentes que tienen actividades como la ganadería, el tambo y las economías regionales", confiaron a la agencia de noticias DyN fuente de ruralistas confederados. Aunque no está definido si habrá paro, "nos encaminamos hacia ese escenario", dijeron. 

La posible convocatoria del secretario de Agricultura a la Mesa de Enlace con una propuesta concreta e integral para esta semana fue tomada por el campo como un intento más de dilatar el reclamo y la potencial medida de fuerza. "Hemos trabajado todo el fin de semana, y seguimos trabajando, para armar una propuesta más integral, para poder llamar esta semana" a las entidades marcó Cheppi, quien añadió: "Seguimos apostando al diálogo, no a los paros". El agro respondió con reserva e ironía; Hugo Biolcatti, presidente de la Sociedad Rural, afirmó que la actitud de Cheppi le genera un "poco de pavura" y lanzó: "El jueves no tenían nada que anunciar y el fin de semana trabajaron para inventar algo para anunciar".

Sequía y cansancio. El enojo ruralista no es nuevo, desde hace varias semanas, Perfil.com viene dando cuenta del disgustó que viven los hombres del campo al no recibir respuestas concretas a los problemas del sector. El 12 de septiembre, en Chaco, el sector ya había manifestado que Cheppi tenían buenas intenciones pero nulo poder de decisión. En esa oportunidad, y tras una sequía fulminante, expresaron su desánimo pero descartaron cortar rutas.

Ese panorama se agravó tras la reunión con Cheppi, el 23 de septiembre, cuando el secretario habló de un buen diálogo y los ruralistas de una "reunión para la foto". Ese mismo día, un congreso de autoconvocados que se desarrolló en la localidad de Monte Maíz, Córdoba, decretó el inicio de un paro nacional con acciones graduales y marcó como fecha límite el 30 de septiembre, plazo que concluye mañana, para volver a las rutas.

En el congreso de la Federación Agraria Argentina, se adelantó la presentación de un "plan de lucha". "No vamos a dejar que nos conviertan en una segunda camada de productores desaparecidos, sepan que vamos a pelear, sepan que vamos a proponer un plan de lucha con acciones contundentes y no confundan que se trata de una conspiración política", lanzó el reelecto Eduardo Buzzi, en esa oportunidad.

Así las cosas, desde el Gobierno no se dieron los gestos que el campo esperaba y la idea de volver al paro fue instalada a nivel nacional por Alfredo De Ángeli, el ruralista más convocante del conflicto de 130 días por las retenciones. Mañana es el día clave, pero en el campo ya se ven señales de que ninguna oferta hecha a contrareloj puede detener lo que ya germina: un nuevo paro rural.