En el mundo político existe la coincidencia de que el grupo Clarín es el principal beneficiado por los cambios que impulsa el gobierno de Mauricio Macri en el esquema de los medios y las telecomunicaciones. En el mundo empresarial coinciden, aunque también reconocen que están todos contentos.
La clave del nuevo escenario está en la inminente adquisición del multimedios de la totalidad de Nextel. La compra que hizo el año pasado del 49% de la empresa de telefonía celular fue impugnada por la Aftic durante el gobierno de Cristina Kirchner. Con la disolución de ese organismo y de la Afsca para crear un nuevo megaorganismo (Enacom, Ente Nacional de Comunicaciones), esos frenos se da por descontado que caerán. En el macrismo asegurán que todavía no tomaron ninguna decisión, pero en el ambiente nadie tiene dudas. Una vez superado ese escollo, Clarín tendría el camino allanado para comprar la totalidad de la firma e ingresar en el mercado de la telefonía celular.
“Mauricio devuelve los favores al grupo lo más rápido posible”, asegura provocador un gerente de una de las empresas competidoras. “Se ve que le estamos devolviendo favores a todos”, ironizó un referente del Gobierno, aduciendo que todos los sectores de la industria se mostraron satisfechos.
De hecho, en el directorio del nuevo organismo está previsto que acompañen a Miguel De Godoy figuras emparentadas con diferentes empresas: Heber Martínez, que hasta hace poco más de un mes era gerente de Asuntos Corporativos de Telefe (Telefónica); Alejandro Pereyra, abogado cercano a Margarita Stolbizer y vinculado a Cadena 3; y Silvana Giudici, legisladora porteña del PRO y con buenos lazos con el Grupo Clarín.
Además, el DNU que está previsto que se publique en el Boletín Oficial mañana implicaría también un alivio para todos los grupos mediáticos del país. Cristóbal López, por ejemplo, ya no tendría problemas en ser contratista del Estado y además tener medios de comunicación, algo que la Afsca de Martín Sabbatella nunca impugnó a pesar de que el impedimento está en la ley. Supercanal, de Daniel Vila y José Luis Manzano, ya no tendría que dividir su empresa de cable, canales y radios en diferentes empresas (quedaba todo en familia, algo que tampoco había sido impugnado por la Afsca). Esto implicaría también que Clarín ya no tendría problemas con el plan de adecuación, ya que se frenarían todos los procesos que quedaron inconclusos.
El otro punto que también deja bien posicionado a Clarín es que las telefónicas tendrían que esperar dos años (prorrogable por uno más) para poder ingresar en el mercado de la televisión por suscripción. Eso es para que las cableras, que tienen un poder económico menor, puedan primero dar sus primeros pasos en la telefonía celular. Clarín va por Nextel, Telecentro quiere ser un operador móvil virtual (alquilaría la red a una telefónica) y Vila y Manzano intentaron con Arlink, pero devolvieron las frecuencias que ganaron por no poder pagarlas. Sobre las últimas dos ya circulan versiones de posibles ventas a Carlos Slim (Claro). Este punto es el único que critica Telefónica, que se opone al plazo impuesto. Sostienen que la TV paga y la telefonía ya tienen una penetración similar en los hogares.