El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se convirtió ayer nuevamente en blanco de la furia de los ruralistas. Sin mucha difusión, el funcionario se reunió en un hotel de Villa María con empresarios del sector lácteo. Mientras puertas adentro se discutió sobre precios, subsidios y exportación, en la puerta del hotel en donde se realizó el cónclave un grupo de tamberos preparó un escrache con tomates y huevos para uno de los hombres más criticados del oficialismo.
Sin embargo, el plan no resultó exitoso. Ducho en el tema, Moreno decidió salir del hotel Howard Johnson por una de las puertas laterales para escapar lo más rápido posible, por lo que toda la bronca terminó apuntada hacia el intendente de Villa María, el ultrakirchnerista Eduardo Acastello. Es que su auto quedó bañado de huevos y tomate que lanzaron los manifestantes cuando salía del cónclave.
El cónclave se desarrolló con fuerte custodia policial por la presencia de los productores autoconvocados que buscaban manifestar su opinión sobre las políticas llevadas a cabo por Moreno.
Para algunos, balance positivo. Pese a que la reunión terminó con en el descontento de muchos ruralistas, los empresarios lácteos de la zona de Villa María se retiraron conformes con el encuentro ya que, entre otros puntos, Moreno les aseguró que el Estado les garantizará la exportación.
Javier Baudino, titular de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas (Apymel), dijo que el Estado compraría una cantidad de quesos todavía a determinar para revertir el sobrestock de esos productos, aunque no se definieron los precios. El director nacional de Lechería, Luciano Di Tella, dijo además que incluso Cancillería podría tener intervención en el proceso para garantizar la intervención.