Así lo transmitieron fuentes del kircherismo, que consideran que el objetivo central de la ex presidenta es garantizar la supervivencia de su espacio político, que se ve amenazado desde que dejó la Casa Rosada por la fuga de dirigentes y la falta de una estructura de poder que los seduzca.
Es decir que Cristina Kirchner aceptaría, por ejemplo, un binomio integrado por Florencio Randazzo y Verónica Magario, siempre y cuando La Cámpora tenga lugares expectantes en las listas tanto para el Congreso como para la Legislatura bonarense y los concejos deliberantes.
De todas formas, en el kirchnerismo creen que es muy difícil que el ex ministro y quienes lo apoyan acepten la negociación porque, precisamente, el randazzismo atribuye a esa forma de distribuir el poder la derrota y el destierro K.
Lo más probable, entonces, es que CFK termine por arriesgarse con una candidatura, aun frente al riesgo de una derrota contra Cambiemos. “Ella lo sabe, pero también entiende que su candidatura puede ser la única manera de que el kirchnerismo sobreviva a octubre”, explicó un dirigente que la conoce bien.