Si bien no está previsto que ocupe una gran porción del discurso que brindará hoy el presidente Mauricio Macri en el Congreso de la Nación, la política exterior estará presente como un "éxito" de la actual gestión. A ojos del Gobierno, se trata de uno de los logros a ponderar en un texto que la opinión pública leerá en clave electoralista en un año en el que se pone en juego la reelección.
Con una economía en crisis e índices sociales preocupantes, la enorme cantidad de líderes extranjeros que visitaron la Argentina durante los tres años de gestión —y los que se esperan para los próximos meses, comenzando por los reyes de España y la reina de Dinamarca en apenas unas semanas— serán ponderados como una señal de apoyo al Gobierno y su rumbo político. En clave oficialista, "una vuelta al mundo de la Argentina", si bien el país nunca fue una isla a lo largo de la década anterior sino que interactuaba en base a otros intereses con los actores globales y regionales, tanto en la confrontación como en las alianzas.
La presencia en la Ciudad de Buenos Aires en el cierre del año pasado de la mayor parte de los líderes que diseñan el devenir del mundo para participar de la Cumbre del G20 es, a ojos del Gobierno, la máxima muestra de confianza en la Argentina. Como así también el sinnúmero de bilaterales con casi todos los invitados en las colectoras del encuentro, desde el estadounidense Donald Trump al chino Xi Jinping, las dos economías que se disputan el globo. El hecho de que el evento haya transcurrido sin erupciones de violencia en las calles y con un documento digno de equilibristas, sin que ningún líder diera el portazo, suma argumentos al relato oficialista de una eficiente conducción del diálogo.
"El año 2018, más allá de alguna obra de infraestructura, fue asociado a la política exterior. De ahí que se hará una valoración de eso ", indicó a PERFIL una de las personas por las que pasó el discurso. Otros funcionarios se llamaron a silencio, hasta que el presidente hable hoy en la Asamblea Legislativa.
Venezuela también figura como eje. Macri lo eligió como una cruzada personal en su proyección al exterior desde aquella primera conferencia como presidente electo, en 2015. Y no dudó en catalogar de dictadura al gobierno de Nicolás Maduro frente a la prudencia verbal de su primera canciller, Susana Malcorra, e incluso de otros mandatarios de la región. Esa suerte de liderazgo regional retórico que emularon luego otros es visto también como una victoria frente a la hoy debilitada influencia externa chavista.
En línea con las posturas del Grupo de Lima, el Gobierno seguirá reconociendo a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y el único legítimo y legal. A la vez, demandará sin cesar a Maduro que dé un paso al costado a través de la presión financiera y diplomática.
Mauricio Macri reconoce a Juan Guaidó como nuevo "Presidente Encargado de Venezuela"
Por último, la enumeración de nuevos mercados para las exportaciones argentinas también aparece en la lista de conquistas del Gobierno. Suele escucharse entre los principales negociadores externos de Cambiemos que la Argentina comercializaba con el 10 por ciento del PBI global y que, ahora, ese porcentaje trepó al 40 del total de la economía mundial. Si bien el grueso de esas ventas siguen siendo de origen primario o con reducido valor agregado, para la Casa Rosada no deja de ser otra señal indicativa de que se avanza por el camino correcto.
Este recorte obvia, por supuesto, otras porciones del mercado global que se restringieron a cuotas o entraron en litigio o todavía no pudieron abrirse como se pretendía. Sin embargo, no hay cabida para andar a medias tintas cuando se trata de posicionar al presidente Macri en la pole position electoral.