“Pinchá por donde quieras.” La frase no será en vano: Daniel Vila habla de todo y hoy, que es viernes por la tarde y recibe a PERFIL en su casa de Nordelta, no será la excepción. Relajado, en la nueva propiedad que alquila, el dueño del Multimedio Grupo Uno se entrega a una charla sentado en el sillón de un living minimalista, de paredes blancas sin cuadros ni adornos, donde predominan los grises y todavía se siente el olor a que todo aquí es nuevo.
Cierto silencio se corta cuando desde la planta de arriba se escucha el llanto de la pequeña Lola, la hija que el empresario de medios acaba de tener con su pareja, Pamela David. Con pasos que hacen eco, la ex conductora de Desayuno Americano acude a atenderla. “Ella está en todo –suelta–. En cuestión de cambio de pañales vengo invicto.”
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—¿Cómo es esto de volver a ser padre a los 59 años? —Fui padre a los 50, así que no estoy tan desentendido (N. de la R.: es padre de cinco hijos de su matrimonio anterior: Agustín –29–, Belén –26–, Bárbara –23–, Magdalena –17– y María Luisa –9–).
—¿Cambio en algo la relación con la pareja? —Es un momento de felicidad. Es muy fresco todo esto. Todavía no tuvimos tiempo de vincularnos como pareja. Lola es muy demandante como cualquier bebé y hoy la prioridad es ella. Como pareja todavía el vínculo no se ha vuelto a restablecer.
—¿A vos en qué te cambió?, ¿te hiciste algún replanteo? —En realidad, antes de que llegara Lola me hice el replanteo. Y fue querer aprovechar los años que me quedan de vida, lo mejor que puedo. La mayor parte de mi vida dediqué mucho tiempo al trabajo. De alguna manera me privé de disfrutar de mis hijos.
—¿Es cierto que le pediste más de una vez casamiento a Pamela? —Sí, pero no quiso saber nada (risas).
—¿Cuál te gusta más: la Pamela mamá o la de tapa de revistas? —Me encantan las dos. La que conocí es la bomba, la sexy y de la que me enamoré. Y ésta es la tierna; este perfil maternal tierno me enamora.
