En el primer espigón del puerto de Punta del Este, entre veleros y lanchones, el yate Costa Linda prepara sus motores para zarpar. El capitán, apodado “El sordo”, espera ansioso la llegada de su tripulante más famoso: Eduardo Duhalde. El ex presidente arriba al puerto de buen humor y con el uniforme reglamentario para disfrutar de un día de sol y mar. Luce una chomba verde fuerte, un sombrero estilo “Piluso”, unas ojotas y un traje de baño clásico para inaugurar la temporada de chapuzones. De su brazo cuelga una toalla.
Lo acompaña en la aventura marítima Antonio Arcuri, ex secretario de Legal y Técnica durante su presidencia, quien ahora oficia de anfitrión en las vacaciones esteñas y lo aloja en su departamento de la parada 5 de La Mansa.
Duhalde llegó a Punta del Este el lunes 25 a las 21.30, en un avión de la empresa Pluna y en compañía de su esposa Hilda “Chiche” González. “El Cabezón” desembarcó dispuesto a descansar luego de un año que lo tuvo en el centro de la escena. Impulsor del peronismo anti K, en diciembre se lanzó como candidato a presidente –contrariando su vieja promesa de retirarse de la política– y prometió destronar a los Kirchner del poder.
Plan relax. Apenas llegó, Duhalde cambió los pantalones largos por las bermudas. Alojado en el departamento que su amigo Arcuri tiene frente a la playa, aprovecha las mañanas para leer los diarios y hacer largas caminatas por la costa.