La definición del nuevo titular de la Cámara de Diputados tiene en vilo a todos los espacios políticos en el Congreso, ya que el nombre elegido dará una fuerte impronta sobre dónde se pararán los libertarios para encarar las negociaciones de cada proyecto de ley.
El ala dura del PRO busca imponer a Cristian Ritondo, en marco del acuerdo que se realizó después de la primera vuelta electoral que le dio un importante sostén territorial y de fiscalización que ahora debe ser compensado.
Sin embargo, ese no es el pensamiento que tienen todos los referentes dentro de LLA, entre ellos, el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, quien prefiere un perfil de dirigente con mayor llegada a distintos sectores por fuera del dinamitado Juntos por el Cambio, y todo señala hacia la figura de Florencio Randazzo. Su nombre surgió a partir de la necesidad de encolumnar la mayor cantidad de diputados por fuera de los bloques mayoritarios con la mira puesta en el quórum.
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Si se suman los libertarios más los diputados del PRO que manifestaron su aprobación al acuerdo electoral, el espacio de centroderecha tendría aproximadamente unos 90 legisladores, muy lejos de los 129 necesarios para comenzar una sesión. Pero la filtración de que Randazzo podría ser el elegido no hizo más que complicar las cosas, sobre todo entre los dirigentes de su propio espacio. Graciela Camaño y Alejandro “Topo” Rodríguez anunciaron su decisión de renunciar al bloque Identidad Bonaerense que compartían con el hombre de Chivilcoy, en una división que al mismo tiempo los aleja de los referentes alineados con el gobernador saliente de Córdoba y excandidato presidencial Juan Schiaretti, que poco a poco va dando muestras del acuerdo con LLA. “El presidente tiene que asegurarse que en el Congreso haya gente que esté convencida de que lo que él va a presentar salga. Y la responsabilidad más importante la tiene el presidente de la Cámara”, graficó Camaño sobre la dinámica parlamentaria y la posibilidad de que Randazzo sea el elegido. En rigor, la salida de ella y su colega Topo Rodríguez tiene un carácter más simbólico que de poder real, porque son dos de los diputados que terminan su mandato el 10 de diciembre y no lograron renovar las bancas.
Con la intención de hacer crecer sus acciones, Randazzo se mostró ayer con Ricardo Bussi, diputado electo de LLA por la provincia de Tucumán con un perfil muy a la derecha que incomoda a más de uno.
“Con Florencio Randazzo, (quizá futuro presidente de la Cámara baja) evaluamos la composición de la Cámara y las posibilidades ciertas de contar con el apoyo de Diputados por fuera de nuestro espacio político. Serán importantes los consensos y los acuerdos para garantizar que cada promesa de campaña de Javier se cumpla a rajatabla”.
La interna de Juntos por el Cambio aleja a Ritondo del pelotón de moderados del PRO, de la UCR y de la CC, por la incompatibilidad de proyectos, pero al mismo tiempo el oportunismo de Randazzo y su acercamiento a figuras como Bussi también los pone en apuros ideológicos. La mesa nacional de la CC y el bloque de legisladores se reunieron ayer para evaluar la situación y manifestaron el compromiso de “ocupar el rol de ser una oposición responsable, constructiva y proactiva en el Congreso Nacional. Desde nuestras bancas acompañaremos lo que está bien para todos los argentinos y pondremos un límite cuando sea necesario”. Por la disputa histórica que mantiene Carrió con Ritondo, sus alfiles no están encolumnados detrás de su eventual postulación.
