El 24 de marzo de 2004 fue uno de los peores días de la cúpula militar: cien exrepresores detenidos acusados por delitos durante la dictadura, dos altos mandos pasaban a retiro y otros dos renunciaban por el recambio de los jefes castrenses y el acto simbólico en El Palomar que impulsó un Néstor Kirchner con apenas diez meses en el poder.
El entonces presidente ordenó bajar los cuadros de los exrepresores Jorge Videla y Reynaldo Bignone del Patio de Honor del Colegio Militar de El Palomar. El encargado de quitar las fotos fue el Jefe del Estado Mayor, Roberto Bendini, quien pese a la resistencia de sus inferiores, tuvo que posar en una de las postales más recordadas del kirchnerismo. Fue uno de los primeros hitos de las nuevas políticas K de Derechos Humanos en la Argentina.
Kirchner fue acompañado por todo su entonces ministro de Defensa, José Pampuro, y todo su Gabinete. En el acto central en la ESMA, Kirchner formalizó la creación del Espacio por la Memoria y adoptó una postura respecto a la dictadura que ni Ricardo Alfonsín, Carlos Menem o Fernando De la Rúa habían adoptado en democracia
"Las cosas hay que llamarlas por su nombre (...) Vengo a pedir perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades", señaló junto a la primera dama, Cristina Fernández, y el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
"Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía. Me guía la Justicia y la lucha contra la impunidad. Los que hicieron este hecho tenebroso y macabro como fue la ESMA tienen un solo nombre: son asesinos", agregó.