Frente a un colmado búnker kirchnerista en la calle porteña Nicaragua, el jueves por la noche -y con una hora de retraso, debido a las complicaciones en la ciudad, “gracias al Jefe de Gobierno”- el titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, participó de una reunión militante en la que dedicó gran parte de su discurso a fustigar a los “gallegos que se dedicaron al saqueo” para fundir la empresa.
No dudó en calificarla como un “símbolo patrio, como la bandera, la escarapela y el himno” y la más moderna en Sudamérica.
Para realizar un breve racconto de la empresa, trazó un paralelismo con la historia del país y sus gobiernos: “Nació un siete de diciembre de 1950. Se privatizó en los 90, se fundió en el 2001 y no es casualidad que se haya recuperado, estatizado y vuelto a ser de los argentinos con Cristina”, repasó.
Recalde propuso presentar su discurso en tres tramos: “La situación de la empresa cuando el Estado tuvo que hacerse cargo, qué decidimos hacer y cómo nos está yendo”.
“La década perdida”. Así calificó el funcionario de La Cámpora la situación de la aerolínea durante los años en los que estuvo en manos extranjeras. “Los gallegos se dedicaron al saqueo. Después pasó American Airlines que tomó decisiones para favorecerse en una gestión que duró menos de un año".
"Finalmente, vino el Estado español y Marsans, quien la terminó de fundir, abandonando la empresa”, sentenció.
Según el propio Recalde, el abandono y atraso tecnológico era tal que “habían vendido los simuladores, los repuestos se los habían ‘choreado’, los aviones iban con unas ruedas y volvían con otras cambiadas” y “en las oficinas comerciales, cuando uno pagaba con tarjeta, no había posnet, mientras que en el área de cargas, que ahora tanto les preocupa a algunos medios, se trabajaba con máquinas de escribir”.
A su vez, indicó que la flota aérea, al momento de hacerse cargo de la empresa, era calamitosa “de los 88 aviones, volaban 23. Todos eran de los 70´, heterogéneos, contaminantes y costosos por los arreglos constantes”.
En tanto, el funcionario no se olvidó del extenso enfrentamiento que mantiene con APLA, sindicato de los pilotos, y se encargó de pegarle a “algunos pilotos fetichistas que no querían que renovemos la flota".
"Fueron años de discusiones y huelgas en algo esencial para modernizar la compañía", se lamentó.
Estatización. Al momento de hacer un plan para sanear lo que habían dejado sus antecesores, Recalde afirmó que se basaron en un estudio de demanda, que aseguraba que al ampliar la frecuencia de los vuelos aumentaría inmediatamente la demanda de pasajes, permitiendo incrementar los ingresos.
“Apostamos a esto, porque atravesábamos una (buena) realidad económica y social del país, había movilidad social ascendente, cada vez más argentinos iban a tener la posibilidad de acceder a un avión”, señaló el funcionario camporista.
La Presidenta “tomó la decisión de recuperar Aerolíneas Argentinas, sostener el empleo y hacerse cargo del déficit, luego de que nos dejaran una empresa absolutamente vaciada y con una deuda de más de mil millones de dólares, una estructura inadecuada y un pésimo servicio”.
Aseguró que la decisión e intervención de la política del Gobierno Nacional fue clave ya que permitió avanzar en sentido contrario a los consejos que les brindaron, en un primer momento, expertos de una consultora estadounidense a la que recurrieron para tener un cuadro de situación.
“Si hubiésemos seguido el consejo de esos expertos habría menos trabajadores y muchas ciudades fantasmas como a los que dejó libre el ferrocarril”, declaró Recalde.
Rumbo al superávit. Pese a que, pocos meses atrás, la línea de bandera arrojó el mayor déficit en 21 años, el joven miembro de La Cámpora indicó que “el pasivo se fue achicando año tras año”, lo que motivó pedirle a la Presidenta que “para este segundo semestre de 2013, recorte el presupuesto fijado por el Congreso en un 30% porque no necesitamos la asistencia del Estado”.
Al mismo tiempo, aseguró haber comprado 46 aviones nuevos, de los cuales 20 son “el lujo de la compañía”, ya que provienen de la ´fábrica brasilera del UNASUR”.
Se enorgulleció de brindar un contenido “Nacional y Popular” en las pantallas ubicadas en los asientos de la nueva flota aérea, “pasamos Encuentro, Paka-Paka, la TV Pública y hace poco incorporamos Fútbol Para Todos”.
Según palabras del dirigente de Aerolíneas, se logró cancelar el concurso de acreedores. Los pasajeros habrían aumentado, desde 2008 a la actualidad de cinco a ocho millones y medio.
Calificó como uno de los grandes logros la entrada a Skyteam, una de las tres alianzas internacionales de líneas aéreas más importantes del mundo. Crearon simuladores e inauguraron un centro de entrenamiento de pilotos que “nos permite entrenarlos acá en vez de mandarlos a Miami o San Pablo, en el mejor de los casos; además hay pilotos de otras líneas que vienen a entrenarse al país”.
“Esta es la plata que para Clarín se pierde”, remató.
El titular de Aerolíneas Argentinas resaltó que el objetivo de la gestión estatal no era el “equilibrio económico, sino que haya vuelos todos los días y varios en toda la región”.
“Después de media década, valió la pena la elección que hizo la Presidenta de recuperar nuestra aerolínea de bandera, de tener una herramienta que contribuya al desarrollo, al bienestar de los argentinos y a que cada vez podamos vivir un poco mejor y seamos más felices”, concluyó.
(*) Especial para Perfil.com