Cristina Kirchner; su madre, Ofelia Wilhelm, su hija Florencia, el ministro Julio De Vido. Todos eligen el sanatorio Otamendi para atenderse ante una emergencia o un chequeo. El motivo es que el jefe de urgencias de la entidad, Carlos Karmazyn, pertenece a la Unidad Médica Presidencial. Al principio del kirchnerismo, los médicos de Presidencia habían acondicionado el Hospital Argerich para que se atendiera la familia presidencial. Pero con la renuncia de Donato Spacavento –ex ginecólogo de Cristina Kirchner– el lugar dejó de ser el elegido por los Kirchner.
Según revelaron fuentes de la Unidad Médica, todavía se está buscando un hospital público para acondicionar una sala especial para la familia Kirchner. Pero por lo pronto, el Otamendi se ha convertido en el lugar al que los Kirchner van cada vez que tienen un problema. Desde la salida de Luis Buonomo como jefe de la Unidad Médica, la responsabilidad de la salud de la Presidenta, y de su familia, es del doctor Marcelo Ballesteros, junto a una docena de médicos. La salud presidencial es motivo de polémica por el hermetismo con el que se maneja. Cada vez que un funcionario o un miembro de la familia Kirchner es internado, se dosifica la información, generando rumores varios que no son desmentidos ni afirmados por los voceros de la Casa Rosada. Ocurrió, por ejemplo, cuando Máximo fue operado de la rodilla. Al principio, ningún miembro de la Unidad Médica daba información al respecto. Ocurrió algo similar con la internación de Néstor Kirchner en el sanatorio Los Arcos, hasta que empezaron a surgir los partes médicos del vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro.