POLITICA
Caso D'Alessio

El teléfono de Patricia Bullrich, Marcelo D'Alessio y las "mentiras" del periodismo

El caso del falso espía D'Alessio involucra a la ministra de Seguridad quien niega relación alguna. Pero, cuando entra en juego un celular y la familia, PERFIL se ve perjudicado por acusaciones sin fundamento.

Marcelo D'Alessio 02222019
Marcelo D'Alessio durante su detención. | Cedoc

El periodismo no es una ciencia exacta pero su pilar fundamental es la búsqueda de la verdad, entendiendo que muchas veces la verdad en sí es un concepto borroso. Es por eso que cuestionar las intenciones de un periodista al momento de hacer su trabajo es casi lo mismo que buscar herirlo de muerte. La pérdida de la imparcialidad es justamente una de las razones por las cuales gran parte de la sociedad no confía en los medios de comunicación.

Hace un par de días, Perfil.com publicó una nota confirmando que el celular que el falso espía Marcelo D’Alessio tenía agendado bajo “Patricia Bullrich S6” efectivamente pertenecía a la Ministra de Seguridad, en base a un documento enviado por Movistar-Telefónica que consta en el expediente que instruye el juez Alejo Ramos Padilla. Ese documento fue publicado tomando los recaudos necesarios para preservar la privacidad de la Ministra.

Además, dos periodistas de PERFIL se comunicaron con voceros de la Ministra ese mismo martes para confirmar la información y conseguir un comentario, ya que Bullrich negó en reiteradas ocasiones relación alguna con D’Alessio. En ambos casos el equipo de prensa de la funcionaria repitió la misma historia: ese teléfono era de la Ministra pero estaba en desuso desde 2017, cuando fue hackeado, por lo cual estaba guardado, agregando que también lo usaba su nieto para usar jueguitos. Vale la pena recordar que en un informe realizado por la Comisión Provincial por la Memoria, y que forma parte del expediente, aparecen varias capturas de pantalla de supuestos chats entre “Patricia Bullrich S6” y D’Alessio donde intercambian información sobre operaciones de inteligencia en Rosario ligadas al narcotráfico.

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El título original de la nota atribuía los comentarios del vocero a la propia Bullrich, lo cual era fácticamente incorrecto. Aunque el trabajo de los voceros es el de tener la autoridad de hablar en nombre de sus representados, el error fue publicar un título que no era cierto. Luego de varios llamados con funcionarios del Ministerio de Seguridad, decidimos cambiar el título de la nota y agregar un comentario de la misma ministra confirmando que el teléfono estaba en desuso y agregando que “con D’Alessio no tengo ningún tipo de relación más que verlo una sola vez”. El comentario sobre que el teléfono lo usa el nieto sigue en la nota, ya que no había sido desmentido.

Juzgar si es correcto que un niño juegue con un teléfono de la flota del Ministerio de Seguridad, que pelea contra el narcotráfico y las mafias—y que además esta hackeado—, no fue nuestra intención. Lo que buscábamos era poner el foco sobre un elemento central de la causa D’Alessio: si la Ministra Bullrich estaba al tanto y si recibía información de parte de una banda de espías paraestatales que además son acusados de extorsión.

El jueves en el programa Corea del Centro que dirigen María O’Donnell y Ernesto Tenembaum en Net TV, la Ministra Bullrich confesó estar “indignada” por las versiones que involucraban a su nieto y el celular que tenía agendado D’Alessio. “Es mentira”, dijo, agregando que PERFIL lo habría deducido en base a que su vocero nos había dicho que “lo único que tiene son jueguitos”. El viernes en una conferencia de prensa Bullrich volvió a contar la misma historia, esta vez pidiéndole al “periodista que metió a mi nieto en el medio que lo saque” ya que “es mentira”. Luego se pregunta con quién de su entorno habrá hablado el periodista y apunta al juez Ramos Padilla por la filtración de sus datos personales.

El enojo de Bullrich frente a la filtración de sus datos personales es más que entendible, como también con el hecho de que muchas de las amenazas que comenzó a recibir en ese celular apuntaban contra su familia. También resulta razonable su comentario de que muchas personas que ella no conoce tienen su celular y le escriben por diversos temas, muchos de ellos relacionados al narcotráfico. Lo que es difícil de entender es por qué nos tildan de mentirosos por los dichos confirmados dos veces por los voceros de la Ministra.

Los que seguimos el caso D’Alessio, y las vicisitudes de la justicia argentina en general, estamos al tanto de lo embarrada que está la cancha en todas estas causas. Aunque es difícil separar la paja del trigo, es justamente eso lo que intentamos hacer en este caso. Recolectamos información, la chequeamos, llamamos a las fuentes y publicamos. Parece más fácil de lo que es.

AF EA