Estados Unidos desarrolla una ofensiva diplomática para recuperar influencia en América latina. La visita que realiza Bush es la pieza clave de esta iniciativa. Pasará por cinco países: México, Guatemala, Colombia, Brasil y Uruguay. En una visión global, se trata de las tres naciones más pobladas de la región (Brasil, México y Colombia), que reunidas tienen dos tercios de la población total, más dos países chicos, que hoy tienen interés por razones circunstanciales (Guatemala y Uruguay). Es la gira más importante realizada por América latina por Bush desde que llegó al poder.
El desafío que implica Chávez con su compra de armas a Rusia y la influencia de China a través del comercio son algunas de las circunstancias que han motivado esta gira. A fines de 2005, Bush estuvo en Chile para participar en la Cumbre de la APEC, el foro de los Países del Asia Pacífico, y a fines del año pasado en Argentina para asistir a la Cumbre de Presidentes de las Américas. Ambas circunstancias, si bien en la primera visitó Colombia y en la segunda Brasil, no fueron giras regionales.
La visita a Guatemala tiene como punto de referencia que el país realiza elecciones presidenciales en septiembre y podría ganar una candidata indigenista (Rigoberta Menchú), en tanto Uruguay ha mostrado interés por un acuerdo comercial con Estados Unidos, aunque el Mercosur que integra lo rechace. Previamente, realizaron una gira regional importantes funcionarios de la administración estadounidense. Estas visitas parecen confirmar que Washington percibe la necesidad de impulsar sus relaciones con América el Sur, donde es más marcada la pérdida de su influencia. El mensaje implícito muestra la preocupación por la influencia de Chávez y el reconocimiento de Brasil como potencia subregional. Ambos puntos se vinculan estrechamente, ya que si Brasil no asume una posición más firme frente al presidente venezolano difícilmente lo hagan los demás países.