Cuando el ministro de Trabajo nacional, Carlos Tomada, ratificó anoche tras la reunión de cinco horas que la empresa Kraft deberá "reincorporar" a partir de hoy a los cinco delegados suspendidos y "revisar" hasta el jueves los despidos de 86 trabajadores, estaba cerrando un día agitado en el conflicto que lleva 37 días paralizando a la ex Terrabusi.
Los trabajadores se comprometieron a "no realizar medidas de fuerza", con lo cual las marchas anunciadas para hoy fueron suspendidas y no debería haber problemas en el ingreso y egreso a Capital por Panamericana. Los voceros indicaron además que la empresa, el gremio y los delegados de la comisión interna coincidieron en "dejar en manos de la Justicia" el retiro de las fuerzas de seguridad que se mantienen en el interior de la planta, tras el violento desalojo del viernes. No obstante, Tomada aseguró que hará "gestiones" para volver a la normalidad la actividad en la planta.
La situación había llegado a un nivel tal que obligó a los ministerios de Trabajo nacional y bonaerense a intervenir para solucionar el conflicto, luego de una jornada de tensión por cortes y marchas para repudiar la represión policial del viernes y exigir la reincorporación del personal despedido en la empresa alimenticia.
Funcionarios nacionales y bonaerenses mantuvieron desde las 17.30 en La Plata reuniones paralelas, previo a sentar a las partes a una mesa de negociación conjunta. En primer término, el ministro Tomada y su par bonaerense, Oscar Cuartango, se reunieron con las autoridades de Kraft Foods, mientras otros funcionarios lo hicieron con delegados de la comisión interna de la planta y el titular del gremio de la alimentación, Rodolfo Daer.
Tanto el sindicalista, criticado por la comisión interna por "borrarse" en el conflicto, como los delegados de la planta reclamaron la reincorporación del personal despedidos, que estimaron en "entre 120 y 130". Otros 40 cesanteados, dijeron, aceptaron la indemnización.
Mientras se desarrollaban esas reuniones, miles de personas marcharon por Avenida de Mayo hasta Plaza de Mayo para protestar por el violento desalojo del viernes en la planta de General Pacheco.
Horas antes un grupo, identificado con banderas de partidos de izquierda, se manifestó y arrojó huevos contra la fachada de la sede de la Unión Industrial Argentina, en Avenida de Mayo al 1100, entidad que criticó días atrás el accionar de los trabajadores de la ex Terrabusi.
Desde Miami, donde participa de un foro económico, el gobernador bonaerense Daniel Scioli intervino a la distancia en el conflicto comunicándose con las autoridades de Kraft Foods para solicitarles "predisposición y colaboración para reencausar el diálogo y para mantener las fuentes de trabajo". El mandatario provincial, en una entrevista con el enviado de DyN, pidió "una actitud positiva" a las partes, y reveló que "llamaron en su momento" desde la Embajada de Estados Unidos para manifestar su inquietud por la disputa laboral en la empresa alimenticia.
Por la mañana, decenas de trabajadores de la fábrica cortaron poco después de las 7 la ruta Panamericana a la altura del kilómetro 35, en General Pacheco, provocando un colosal embotellamiento. También participaron estudiantes universitarios liderados por la FUBA, la CCC y agrupaciones de izquierda y obreras. Lo mismo ocurrió en varios puntos del país.
La planta de la ex Terrabusi funciona en forma irregular desde el 18 de agosto, cuando empleados protestaron dentro de la fábrica después de que la empresa envió telegramas de despido "con causa" a operarios, a los que acusó de haber privado ilegítimamente de la libertad a empleados administrativos, en el marco de una asamblea a principios de julio por mayores medidas de prevención por la epidemia de gripe A. El conflicto fue escalando y llegó al punto actual: habrá que ver que llevan las partes a la mesa de negociaciones este jueves, y que dice la empresa del análisis "caso por caso" de los despidos.
Fuente: DYN