Una nueva reestructuración de las Fuerzas Armadas sería el eje de fuertes discusiones en la cúpula de las tres armas. El proyecto prevé un sustancial achique de los cuadros del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, además de un recorte presupuestario del 1,5% del PBI al 1%. El objetivo sería mantener un equilibrio entre “el presupuesto del aparato de defensa y la capacidad operativa”.
En el Ministerio de Defensa desmintieron que haya reducciones presupuestarias, pero sí admitieron la existencia de “trabajos con diferentes hipótesis” en el Estado Mayor Conjunto (EMCO). Lo cierto es que un clima tenso y versiones cruzadas generaron preocupación en las segundas líneas de mando.
La reestructuración del aparato de Defensa tendría dos ejes: por un lado, una modificación del llamado Plan Camil (Plan de Capacidades Militares) de corto plazo, y por el otro, el de una reducción de personal. En el Edificio Libertador el blanco de las principales críticas es el jefe del EMCO, brigadier general Jorge Alberto Chevalier.
En 2011, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, tenía planificado un incremento anual de un décimo de punto del PBI para el aumento del gasto para inversión en elementos de capacidad militar. El funcionario estimaba llegar al 1,5 del PBI para 2015, pero ahora se plantea, en secreto, no superar un punto.
El tema de la reestructuración se maneja en un contexto hermético. Diferentes fuentes del Edificio Libertador coincidieron en señalar que el país quedará dividido en dos áreas geográficas, habrá reducción de unidades y algunas brigadas desaparecerían. “Todo quedaría en manos de un solo comando operacional”, agregó un oficial de la primera línea de mando de la Armada.
Todo indica que la Patagonia quedaría bajo la órbita de la Armada y que el Ejército abarcaría el centro y norte del país. En el combo entra la venta de edificios y terrenos pertenecientes a las fuerzas.
El otro dato concreto es la disminución de los efectivos de las tres armas. El Ejército sería el más afectado, de una dotación de 43.170 uniformados pasaría a 37.117, es decir, el 14%. La Armada se reduciría de 19.036 a 16.947 marinos, un achique del 11%. Y la ya minúscula Fuerza Aérea se vería recortada en 3%, de tener 12.760 hombres pasa a un tope de 12.380.
“No sé entiende qué carajo quieren estos tipos”, gruñó a PERFIL un importante funcionario del Ministerio de Defensa después de desmentir un achique de las fuerzas. “Lo que puede haber es un trabajo del área de planificación del Estado Mayor Conjunto del que ni siquiera estamos enterados. Les pedimos que piensen qué modelo de instrumento militar quieren para la Argentina y lo único que hacen es fomentar internas”.
Enojado, un general de Ejército apuntó su batería contra la flota de Chevalier: “Las negociaciones se hicieron en el Conjunto y Chevalier cumplió con la reducción que le pidieron en la Casa Rosada. Pero también llevó brasas para su asado al salvar a la Armada y aumentar las áreas de influencia”. La misma fuente aseguró a este diario que “nadie se anima a hablar de la nueva reducción”.
PERFIL consultó sobre los nuevos planes al Conjunto, pero no hubo respuestas. Sin embargo, una fuente allegada a Chevalier dijo que “todas las modificaciones que se hagan tienen que ver con la modernización de las fuerzas y el nuevo empleo militar en un esquema de nuevos desafíos”.