Los incidentes del viernes en Mar del Plata, en un acto oficial en el barrio Belisario Roldán, pusieron bajo la lupa el trabajo de Casa Militar, los más de 150 efectivos que cuidan a Mauricio Macri. Pero también alertaron a las máximas autoridades sobre los inconvenientes de realizar actos en barrios que vislumbran adversos: el elegido había sido denominado –de manera informal– Néstor Kirchner por muchos vecinos.
Macri no sufrió ninguna herida, pero su camioneta, cuando se retiraba y salía por una callecita que estaba totalmente cercada, recibió dos piedrazos que impactaron en uno de los laterales, según fuentes de la Presidencia y bonaerenses. No pasó a mayores.
Pero la camioneta en la que viajaba no estaba blindada y apenas tenía vidrios antivandálicos, según pudo reconstruir PERFIL. Acaso por ello, ahora el jefe de la custodia, junto a la Policía Federal, evalúa si no es conveniente utilizar un vehículo blindado para muchas recorridas de Macri.
En este episodio se conjugó además el rol del intendente de Cambiemos, Carlos Arroyo, quien conocía el barrio y le dio información tanto a Casa Militar como a la Policía Bonaerense. Curioso: el intendente Arroyo sabe que en la ciudad hay otros barrios que son manejados por la Prefectura Naval y que hubiera sido sencillo mover los efectivos a Belisario Roldán para ese acto de manera preventiva. Sin embargo, en el Ministerio de Seguridad no se habían enterado de la presentación. La AFI (Inteligencia) y Casa Militar sí, además de la intendencia. “Era un lugar inadecuado, no apto para hacer un acto. Hace poco el gobierno kirchnerista había entregado 250 casas ahí, y hay organizaciones kirchneristas muy fuertes”, confió una fuente ministerial.
En este marco, en el Ministerio de Seguridad evalúan incrementar los cuidados al máximo en las incursiones sociales del Presidente. Actualmente, Casa Militar es la que diagrama los operativos: le pide a la Federal, y en este caso también a la Bonaerense, una determinada cantidad de agentes y arma los anillos de contención, como en Estados Unidos.
En el parte oficial de la Bonaerense se explica que “las organizaciones sociales MTR, Fogoneros, Frente de Liberación y Votamos Luchar se aproximaron a la zona del acto portando banderas, pancartas, palos, caños y piedras”. Eran entre ochenta y cien personas. En ese momento se los detuvo, y comenzó una batalla campal que terminó con gases lacrimógenos y un agente herido.
Según la información oficial, “en el lugar donde se llevaba a cabo el acto presidencial se observaron distintas acciones, cánticos, algunos a favor y otros en contra del presidente de la Nación. En ese contexto, personal de Seguridad Presidencial decide realizar la extracción del Sr. Presidente y al momento de retirarse varias personas arrojan piedras a la comitiva, sin provocar daños ni lesionados”.
Curiosamente –por error, según explicaron en la Gobernación–, el jefe de la Bonaerense había declarado el viernes por la noche en Radio El Mundo que “el Presidente fue agredido verbalmente por unas personas que querían manifestar su descontento”, pero negó piedrazos.
El jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, se lamentó ayer porque “ningún dirigente kirchnerista” había repudiado los hechos.