Alberto Fernández siempre se sintió cómodo en las sombras. Disfrutó más del juego de sumar fuerzas, armar alianzas y negociar para sostener a otros. Así lo hizo con Néstor Kirchner, con Sergio Massa y ahora lo hace con Cristina. Salvo que ahora deberá armar desde otro lugar. Será como el candidato a presidente de la fuerza que arrastra los votos de la dirigente que, pese a sus próximas citas a los tribunales de Comodoro Py, lidera la mayoría de las encuestas. Alberto tendrá en sus manos la tarea de perforar el techo de Cristina, y no a fuerza de su carisma, sino a través de los acuerdos que pueda tejer con los gobernadores peronistas y hasta con el propio Sergio Massa, a quien define como su amigo.
¿Qué hará la ex presidenta? Fuera de la épica del renunciamiento que buscan instalar los propios, Cristina afinará el lápiz para asegurar el triunfo frente a María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. En su entorno, siempre creyeron que esa batalla tiene más posibildades de ganarse que las presidenciales. Su primera opción sigue siendo Axel Kicillof, aunque el factor Massa en el nuevo armado del flamante candidato presidencial tendrá su peso. En las póximas semanas, Alberto podrá demostrar hasta dónde es el candidato de Cristina o de todo el peronismo unido.