Hasta la semana pasada, el chart de Twitter estaba más blindado que la guitarra de Boudou: aunque miles de personas habían transformado #OccupyWallStreet en la etiqueta más replicada, no aparecía en la lista de los trending topics.
Ahora el muro del silencio ya se ha roto: Obama habló de los indignados con simpatía, el New Yorker publicó su nota central sobre la protesta ("Un paseo por el parque", se titula), y el Washington Post se pregunta si es este el comienzo del fin de Occidente. Otros medios se preguntan si está acabado el Tea Party, o si está naciendo un Tea Party de izquierda.
Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York, ya no critica a los “ocupas” y acaba de declarar que “pueden quedarse mientras cumplan la ley”. El Daily News dice que se preparan manifestaciones frente a las propiedades de Rupert Murdoch, el propietario de Fox, y también frente a las residencias de otros millonarios.
En Boston, 200 agentes de policía detuvieron anoche a más de cien manifestantes, en su mayoría miembros de Veterans for Peace, un grupo de militares retirados. Todos centran su atención en el próximo sábado: el “15 O”, 15 de octubre, los indignados españoles convocaron a marchas en 60 ciudades de la península y en 45 países más.
–Disculpen las molestias, esto es una revolución –comienza el video con el que los indignados llaman a tomar, el sábado, plazas y calles de todo el planeta.
Habrá manifestaciones en Madrid –a las seis de la tarde en la Plaza Cibeles– en Barcelona, Gran Canaria, y en Tijuana, México, Hong Kong, Anchorage, Johannesburgo y otras 40 ciudades. “Unidos por un cambio global” dice el manifiesto traducido a 18 lenguas, del japonés al hebreo.
(*) Columnista de Libre.