El vicepresidente Amado Boudou centrará su estrategia en culpar al juez federal Ariel Lijo de empecinarse en su procesamiento y de hacerlo en complicidad con los medios no alineados con el Gobierno. “La causa ya no es jurídica, es mediática”, sostuvo ayer uno de sus abogados en diálogo con PERFIL.
La estrategia de Boudou ahora apunta a dar vuelta el procesamiento de Lijo en la Cámara Federal de Apelaciones. Pero sabe que un resultado a su favor implicaría una osadía para los camaristas. ¿Qué juez querría pagar el precio de salvarlo aun a pedido del poder político? Sus abogados están convencidos de que los medios de comunicación inciden en las decisiones de los camaristas, síntoma de un fin de ciclo, en el que el Gobierno ya no tiene el mismo poder de influencia sobre la Justicia. Ponen como ejemplo el último fallo de la Sala I de la Cámara en la causa. Antes de que el vice fuera llamado a indagatoria, Eduardo Farah, Jorge “Paty” Ballesteros y Enrique Freiler debían decidir si apartaban al juez Lijo de la causa Ciccone. Luego de que trascendiera que iban a hacerlo, el fallo habría sido modificado para evitar un escándalo más en la Cámara.
El entorno del vice busca golpear, todavía sin éxito, al magistrado. Indaga en jueces, ex funcionarios judiciales y abogados amigos del Gobierno algo para intentar desprestigiar al juez de la causa Ciccone. Intentan vincular a Marcelo Ruiz, abogado de Nicolás Ciccone, con Alfredo Lijo, hermano del juez.
Boudou hará su parte cuando tenga la oportunidad de presentarse en audiencia oral o presentar un escrito ante Farah, Ballesteros y Freiler. Hablará de “las causas de la causa y su funcionamiento”, como adelantó luego de su indagatoria. En el escrito del jueves, cuando rechazó declarar nuevamente, agregó: “Este magistrado jamás quiso que se conociera la verdad”.