La pelea de poder entre el desplazado jefe de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) quedó plasmada en el expediente que lleva adelante el juez Ariel Lijo. Para el funcionario, la interna con la ex SIDE le costó su puesto y motivó las acusaciones anónimas en su contra cuando avanzó contra intereses económicos de los servicios de inteligencia en la Aduana.
El viernes, el ex jefe de control aduanero de equipajes de Ezeiza, Jorge Andrés Pino, denunció una supuesta persecución de Gómez Centurión en la Aduana, como reveló ayer La Nación. Pero la versión que cuentan en el entorno de Gómez Centurión contradice las declaraciones de Pino.
El 24 de julio, un empresario intentó ingresar una valija con 300 pulseras de plástico con luces LED. Era el ex presidente de NEC Argentina, Carlos Martinangeli. Según Pino, el cargamento no cumplía con los requisitos y, cuando fue bloqueado, el empresario le respondió “a los gritos que iba a ser despedido o removido” de su cargo porque “era amigo del señor Gómez Centurión”. El aduanero dijo que la amenaza se concretó a las 48 horas.
Pero Gómez Centurión sostiene otra versión, según pudo reconstruir PERFIL. Afirma que el director de Inteligencia sobre Delincuencia Económica de la AFI, Eduardo Miragaya, se comunicó con él a fines de julio para informarle que Pino había sido “agredido” por un supuesto amigo del funcionario. Gómez Centurión le contestó que no sabía quién era el empresario y que hacía un mes intentaba notificar a Pino de su decisión de correrlo de ese puesto en Ezeiza, pero Pino evadía las notificaciones. Fue cuando Miragaya dijo a Gómez Centurión que Pino es su sobrino.
El jefe de la Aduana entendió que la AFI intercedía para mantener a Pino en el puesto. Le prometió a Miragaya que trataría bien a su sobrino pero lo trasladaría a otro lugar. Ya no estaría en Ezeiza. Luego apareció la denuncia contra Gómez Centurión, que terminó en su separación.