El fundador y presidente honorario del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, Pacho O'Donnell, propuso la disolución del organismo a los miembros del comité directivo a través de una carta. La institución vive una crisis interna fuerte que podría derivar en un cierre a corto plazo.
El instituto de revisionismo histórico se creó el 21 de noviembre de 2011 por un decreto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su finalidad era la del “estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y la obra de las personalidades de nuestra historia y de la historia Iberoamericana". Entre las tareas dela institución figuraba la de profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano, como San Martín, Güemes, Artigas, Estanislao López, Felipe Varela, Facundo Quiroga, Rosas, Yrigoyen, Perón y Evita, entre otros.
La creación del organismo derivó en un debate polémico entre historiadores de renombre que criticaban el objetivo final de instaurar un “pensamiento único” respecto a la historia de Argentina. Beatriz Sarlo, Juan Suriano, Luis Alberto Romero o Mirta Zaida Lobato, fueron algunas de las voces que se opusieron.
En diálogo con el diario La Nación, O'Donnell habló sobre su decisión: “Es un momento muy doloroso para mí", confesó. "Como fundador del Dorrego propongo que en la asamblea tratemos la disolución definitiva del instituto, si convenimos con sinceridad que no estamos ya en condiciones de seguir cumpliendo con los objetivos que nos fijamos y que la Presidenta de la Nación avaló con su reconocimiento", argumentó el historidador. Preocupado por los empleados que trabajan en el organismo, el ensayista solicitó que éstos fueran derivados a otras áreas del Ministerio de Cultura.
En la carta, O'Donnell reconoció que la institución estaba atravesando momentos de “crisis” y apuntó a “enemigos internos”. "No eran Luis Alberto Romero ni Beatriz Sarlo nuestros peores enemigos", indicó en referencia a las críticas llevadas a cabo por los intelectuales cuando se decidió la creación del Instituto, sino que "estaban adentro".
Según consignó el diario La Nación, la crisis del Instituto se agravó de forma sustancial a lo largo de este año 2014 con, por un lado, las renuncias de varios miembros principales y, por otro, los una serie de enfrentamientos tensos entre sus integrantes, responsables de la renuncia de su cargo de Pacho O'Donnell en junio. La crisis se vio reflejada con el nombramiento de Víctor Ramos y su posterior pedido de licencia en el organismo, luego de que Teresa Parodi lo despidiera del Museo del Cabildo por participar de la campaña del candidato presidencial Daniel Scioli.
Ramos fue el único que, por ahora, se sintió aludido a las acusaciones del fundador de la institución y decidió responder: "Es por una cuestión política. El enemigo de esta situación soy yo, por haber atacado a La Cámpora y a Parodi".