La presidenta Cristina Fernández advirtió ayer que existen "dos clases de personas, quienes hacen declaraciones sobre la pobreza y los que nos dedicamos a ejecutar acciones todos los días para combatirla y en todas partes". "Para combatirla no hace falta tener un puesto en un gobierno -aunque los que están en los gobiernos nacional, provincial o municipal, son los que tienen las mayores responsabilidades - pero para combatirla hace falta ante todo una actitud en la vida, es la solidaridad y la compasión", dijo.
Aclaró en este sentido que "no es la compasión de la lástima, sino la compasión del que ayuda al que le falta algo".
Con estas frases, la presidenta pareció replicar al cardenal Jorge Bergoglio, primado de la Argentina, quien en un seminario realizado el lunes pasado afirmó que los derechos humanos se "violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos" sino también por la "extrema pobreza".
El prelado advirtió asimismo que "la deuda social son millones de argentinas y argentinos, la mayoría niños y jóvenes, que exigen de nosotros una respuesta ética, cultural y solidaria", y estimó que esto obliga a todos los actores sociales, pero en particular al "Estado". Cristina Fernández respondió estas afirmaciones de la cabeza de la Iglesia católica durante el acto realizado en el partido de Merlo para poner en marcha el "Programa de Empleo con Inclusión Social".
"Hay dos clases de personas", dijo la primera mandataria, "las que hacen declaraciones sobre la pobreza y las que nos dedicamos a ejecutar acciones concretas contra la pobreza para combatirla todos los días y en todas partes". A partir de la puesta en marcha del plan, que impulsa la creación de cooperativas para trabajar en la obra pública y que aspira a incorporar a 100.000 personas al mercado laboral, "a partir de mañana habrá 10.000 nuevos cooperativistas", afirmó la presidenta.
Fuente: DYN