La “falta de idoneidad moral” expedida por la mayoría de la Cámara
baja para que
Luis
Patti no asumiera como legislador nacional el año pasado se debió a
una serie de causas –relacionadas con la dictadura militar– que tienen al ex
intendente como principal protagonista: una de ellas es
el asesinato de Gastón Roberto José Gonçalves, secuestrado el 24 de marzo de 1976,
y
visto por última vez en la comisaría de Escobar cuando Patti
era oficial subinspector de esa dependencia policial.
Por otra parte, los
organismos de Derechos Humanos han pedido también la reapertura de otra causa contra el
líder del Partido Unión Federalista (Paufe): la del secuestro de Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo
Cambiasso. Los dirigentes peronistas fueron secuestrados el 14 de mayo de 1983 en un bar
rosarino. Tres días después se anunció que habían muerto en “un enfrentamiento armado”
en Zárate con una comisión del Comando Radioeléctrico de la Unidad regional Tigre al mando del
oficial inspector Luis Abelardo Patti. Pero luego se comprobó que fueron
torturados y asesinados.
Finalmente, el juez Juan Carlos Marchetti
procesó a Patti por “homicidio calificado reiterado” pero cinco meses
después cambió de perecer y lo sobreseyó. Ahora los familiares de las víctimas y los organismos de
derechos humanos insistirán en que Patti sea juzgado.
Entre otras serie de denuncias sobre el ex candidato a gobernador bonaerense, también figura una que califica a Patti de “torturador” y que fue recogida por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que abrió con ella el legajo Nº 2530. Allí figura como “Patty o Patti, alias El Loco, oficial integrante de sección o grupo en la comisaría de Tigre”. Un loco que aún no se define si podrá o no ser diputado.