El proyecto de Ley de Regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo y atención del post aborto elaborado por el Poder Ejecutivo finalmente ingresó a la Cámara de Diputados en medio del fervor militante que aguarda un rápido tratamiento del tema. Por el momento, el texto no fue girado a comisiones, lo que posterga para el período de sesiones extraordinarias la discusión en la Cámara Baja y llevaría la resolución final en el Senado para no antes de febrero, si hay intención del Gobierno de tratarlo antes del inicio del año parlamentario.
“El Gobierno ha sido muy cuidadoso y decidió hacerse cargo de una demanda histórica sobre una enorme problemática. Es un proyecto equilibrado para interpretar a los mayores sectores de la sociedad”, destacó ayer la secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra, una de las funcionarias involucradas en la elaboración del texto final. Pero Ibarra también se refirió a la postura de la vicepresidenta Cristina Kirchner y deslizó: “Hasta donde sabemos, votó afirmativamente en 2018 en el proyecto de aborto legal y creemos que va a acompañar la propuesta”.
Las palabras de la referente “albertista” da cuenta de una sensación que viene ganando terreno en el Senado y que tiene que ver con la falta de previsibilidad acerca de cuál será la actitud de la vicepresidenta al momento del debate. Según explicó a PERFIL uno de los senadores que defienden el lado “verde”, se activaron conversaciones informales con legisladores que no tienen su voto definido y admitió que a lo máximo que podría aspirar en la Cámara Alta sería al empate, ya que se encuentran por debajo de los votos que reúnen los celestes, cercanos a los 35. El senador por Santa Fe Roberto Mirabella reveló en los últimos días su voto a favor del proyecto y se están trabajando algunos otros nombres que incluso tuvieron una decisión “celeste” en 2018.
En el caso de un empate, sería Cristina Kirchner la que tendría la última palabra, como sucedió con la Resolución 125 en 2008 y el “voto no positivo” de Julio Cobos. Pero en el Senado se preguntan si “Cristina le va a querer regalar eso a Vilma y a Alberto. Ella es celosa de muchas cosas pero tiene una noción de lo que puede dejar en la historia y si vota ella, el triunfo se lo queda ella”, razonan en el Congreso. La vicepresidenta tiene control total sobre el bloque de senadores que comandan José Mayans y Anabel Fernández Sagasti y hasta el propio Carlos Caserio, el más “albertista” de los senadores, está cada vez más K.
Diferencias. La Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito elaboró un punteo con algunas de la diferencias entre el proyecto propio que fue la base de la discusión en 2018 y el enviado ahora por el Ejecutivo y tiene como principal distinción la “objeción de conciencia”, según explican. “Nuestro proyecto no contempla la objeción de conciencia por el uso violatorio a los derechos de las mujeres y personas gestantes del que ha hecho abuso el personal médico antiderechos”. Además, señalan que “es la puerta de entrada del incumplimiento de la ley y la obstrucción del acceso” al derecho al aborto.
Cuestionan además que “los días de plazo para acceder a la práctica/derecho se extienden de los 5 días –que ha propuesto nuestro proyecto– a 10”, del texto enviado por el Ejecutivo. El texto original no contempla penalización alguna para las mujeres, mientras que en la nueva iniciativa se “penaliza a las mujeres que se realizan un aborto luego de las 14 semanas que no están contempladas en las causales de abuso sexual o riesgo para la vida o salud integral de la mujer”.