La CGT, el Frente Sindical, las CTA y los movimientos sociales coincidieron en organizar para este miércoles la quinta huelga general contra el gobierno de Cambiemos. En la recta final para el cierre de listas y antes de las definiciones finales, los sindicatos apuntan a organizar el reclamo de mayor impacto y lograron la adhesión de todos los sectores de la economía.
Las fuertes diferencias que cruzan hoy al mundo gremial, que llevaron a renuncias en el consejo directivo de la CGT, la formación de un frente disidente y que esta última semana alcanzaron incluso a la rama más joven por el quiebre de la Juventud Sindical entre moyanistas y cegetistas, no impidieron el apoyo a la medida definida por la conducción de la central peronista a partir de la iniciativa de los gremios del transporte que aún integran la conducción.
Los sindicatos apuntan a organizar el reclamo de mayor impacto y lograron la adhesión de todos los sectores de la economía.
El acuerdo de esta semana con los gremios de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) o la visita del ministro de Producción, Dante Sica, a la sede de la CGT en la calle Azopardo para discutir el “futuro del trabajo” no pusieron en duda la adhesión al paro. Por 24 horas, el miércoles, no habrá ningún medio de transporte de pasajeros y, aseguran desde la central, la medida contará con el apoyo de los trabajadores de servicios e industrias.
Con la adhesión del Frente Sindical se garantiza el impacto en el sector aeronáutico, del reparto de caudales, combustible y la recolección de basura, a cargo de Camioneros, de los industriales del Smata y los bancarios. Este sector además va a acompañar la medida con ollas populares en sus sedes gremiales que acompañarán las que preparará el Triunvirato de San Cayetano, integrado por la CTEP, Barrios de Pie y la CCC. Las CTA, que en un caso convocan a un paro de 36 horas que iniciará al mediodía del martes, aportará la adhesión de los estatales y docentes afiliados a estas centrales.
En la CGT insisten en que quedará demostrado que, sin el aval de los gremios que la integran no se puede lanzar una medida contundente y piden que se compare el impacto con la adhesión parcial de la huelga convocada el pasado 30 de abril por parte del Frente Sindical, que no contó con el apoyo de colectiveros y ferroviarios, entre otros sectores. Desde el frente liderado por Hugo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo (La Bancaria) y Ricardo Pignanelli (Smata) aseguran, en cambio, que la CGT se vio forzada a ir al paro por la presión del sector disidente.
Desde el frente liderado por Hugo Moyano, Sergio Palazzo y Ricardo Pignanelli aseguran que la CGT se vio forzada a ir al paro por la presión del sector disidente.
Más allá de las interpretaciones, nadie duda de que será una medida de fuerte impacto. Pero también se sabe que nadie puede arrogarse el día después la representación de todos los sectores que trabajarán para garantizar el impacto de la medida. La muestra está en que aún cada sector persigue una estrategia política diferente en el año electoral y nadie podrá llamar al Gobierno para negociar alguna concesión a cambio de garantizar que no habrá nuevas medidas de fuerza.
CP