Verano 2009: Las ultimas fiestas antes del éxodo esteño
Al parecer, este fin de semana se produce el “éxodo esteño”, y la multitudinaria fiesta que Chandon realizó en Setai hace unos días marcó no sólo la despedida definitiva de su CEO argentina Margareth “Maggie” Henríquez –quien se muda a París para dirigir Krug, la casa de champagne premium del mismo grupo, LVMH– sino también de empresarios, famosos, modelos y la mayoría de los que antes solían cerrar sus casas a fines de enero. Después de la de Lacoste, ésta fue la celebración sponsorizada de mayor convocatoria: mil personas, todas vestidas de blanco –aunque sin el detalle africano que era el dress code pedido en las invitaciones– se olvidaron de ciertos contratiempos en el ingreso y se entregaron a la fantasía que planteó la decoradora Gloria César siguiendo el leit motiv festivo, “Une nuit en Côte d’Ivoire” (Una noche en la Costa de Marfil), la música ochentosa y la propuesta gastronómica de La Bourgogne. La fusión de tanta gente motivó anécdotas y comentarios de lo sucedido en esta temporada de apenas “quince días”. Por ejemplo, que Sebastián Eskenazi y su amigo Jorge “Corcho” Rodríguez removieron todo Yellow Rose para calmar a una desconsolada Analía Franchín, cuya mascota, aturdida por los fuegos artificiales, se perdió en la propiedad del ex de Susana Giménez. Finalmente, un vecino se la acercó./ En donde también hubo 20 minutos de fuegos artificiales –una práctica que en las fiestas de fin de año pareció definir el poderío económico de los anfitriones– fue la cena que también el 31 organizaron Bettina y Alejandro Bulgheroni en Bahía de Manantiales: unas cincuenta personas que disfrutaron de una impecable música con DJ y, después de medianoche, se sumó un grupo musical./ Lo que se intuía como una gran noche terminó siendo más bien un festejo de tono familiar: esto sucedió en la fiesta que armaron Jorge Brito, Daniel Hadad y Gerardo Werthein./ Hubo otros festejos con concurrencia más acotada pero muy divertidos, como los de Susana Giménez, Gustavo Mascardi y Carlos Fontán Balestra./ En donde tuvo que suspenderse la cena por ausencia de personas que pagaron 400 pesos por cubierto fue en la que propuso el complejo Laguna Escondida. En cambio, en The Setai, al parecer, la cena paga funcionó y fue allí donde, por ejemplo, cenaron varios Roemmers./ Esa misma noche, Giuseppe Cipriani fue el hombre más envidiado en Tequila: el empresario italiano y cuatro amigos ocuparon el VIP más grande donde había literalmemte una veintena de mujeres de todos los colores: rubias, morenas, pelirrojas... todas “importadas”./ En otro VIP, mucho más reducido y donde se amucharon unas 35 personas, sorprendió que al ingresar Pampita Ardohain y Benjamín Vicuña, éste no se acercara a saludar a su compañera de Don Juan y su bella dama, Isabel Macedo, quien, por supuesto, estaba con su novio Pablo Giancaterino. Recién lo hizo cuando la pareja se retiraba del lugar y el actor regresaba del toilette./ Quien, según dijeron, pasó a brindar por varias de las reuniones mencionadas fue Cristiano Rattazzi./ Adriana Díaz Pavicich, viuda de Bernardo Neustadt, estuvo a fin de diciembre en Punta del Este, hasta que llegaron sus inquilinos brasileños./ Menudo ataque de paranoia sufrió Conrado Estol en la playa cuando una periodista se acercó a su mujer, una educadísima Clarisa Lifsic –en elegante bikini azul–, a pedirle una foto. Al hombre sólo le faltó pedirle documento y credencial a la profesional porque no podía entender cómo, en tan tranquila playa esteña, alguien pudiera reconocer a la presidenta del Banco Hipotecario Nacional./ A las 5 AM, como los invitados al cumpleaños de su hijo Nacho Viale no se iban, Marcela Tinayre se encargó de alentar la salida. Con simpatía, por supuesto.
Moviendo las cabezas
Mientras ocupó un despacho en la Rosada, bastaba un llamado para poner en condiciones su cabellera. Alberto Fernández levantaba el teléfono y convocaba a su despacho al ayudante de Roberto Giordano encargado de la faena capilar. Pero desde que dejó intempestivamente la Jefatura de Gabinete, es él mismo quien se dirige a la sucursal de la calle Güemes para que le corten el pelo y emprolijen su particular bigote. Esta novedad fue aprovechada por Sergio Massa para dedicar en privado algunos dardos hacia su antecesor. Sucede que éste se enojó mucho cuando Alberto salió a refutar su idea de que el de Cristina no es “un gobierno progresista”. “Durante siete años construí un espacio progresista”, lo desautorizó Fernández. Por eso, muy enojado, preguntó entre amigos si esa construcción incluía las tertulias que Fernández solía mantener con Elena Cruz en su peluquería preferida.
Tour gourmet
Martín Lousteau ha tenido lo que se dice un cierre de año de buen paladar. Y luego de dejarse ver por dos de los mejores restó de Buenos Aires, el joven ex ministro de Economía –que en las últimas horas se animó a mencionar en voz alta a Néstor Kirchner como el padre de los fracasos económicos de la Argentina– decidió abrir 2009 del mismo modo, aunque en este caso, eligió veladas en tierras más lejanas. Lousteau degustó un delicioso cochinillo en el restaurante vasco Goizeko Wellington, comandado por el chef Jesús Santos que funciona en el madrileño hotel Wellington. Cuatro bulliciosas parejas se reunieron a escuchar las anécdotas del economista, quien narró a pedido su versión de su pelea a un round en un casamiento en Pilar. Y se fue, erguido, con su novia, Ana Paul Oriol, atento a los controles de alcoholemia madrileños.
Casco blanco al sol
Entre los kirchneristas que eligieron la Costa argentina para pasar unos días de vacaciones, también figura Gabriel Fuks. El titular de Cascos Blancos descansa, como hace desde hace varios años –y aún soltero después de su última separación–, en el tiempo compartido que posee en Mar de las Pampas.
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