El caso del jet privado detenido en Barcelona, España cuando intentaba ingresar con más de 900 kilos de cocaína sigue sumando incógnitas y pistas en igual medida. Mientras la justicia realiza nuevos allanamientos y confirma que la droga salió del país, aparece la figura de un empresario que habría pagado el alquiler del avión.
Carlos Sergi, un poderoso empresario rosarino, habría aportado los 500.000 dólares que costó el alquiler del lujoso Challenger 604 que fue interceptado en España, informaron fuentes judiciales al diario La Nación.
Sergi fue director de Siemens en Argentina y está siendo investigado por las presuntas coimas que la empresa alemana habría pagado al gobierno de Carlos Menem para obtener la licitación de la confección de los DNI. Curiosamente, era uno de los principales interesados en ingresar al negocio de los radares aéreos con el gobierno.
El misterio sigue siendo cómo llegó el avión a Argentina y por qué estuvo casi dos meses en el país. La aeronave llegó a la base aérea de Morón el 5 de noviembre y permaneció allí 25 días casi sin movimientos, alojada en los hangares que pertenecieron a la ex aerolínea de cabotaje Cata. Un vehículo tan lujoso llamó la atención y se rumoreaba que pertenecía a Sergi, según dijeron fuentes aeronáuticas a La Nación. "Es como plantar un Rolls-Royce en la villa 31 y que nadie sospeche nada", comentaron.
La investigación aún busca los papeles que confirmen el vínculo de Sergi con los hermanos Juliá y Gastón Miret, que siguen detenidos en España. Ayer, el juez en lo penal económico Alejandro Catania y el fiscal Miguel Schamun enviaron a Gendarmería para allanar seis domicilios vinculados a Medical Jet y a los ocupantes del avión. Secuestraron celulares, computadoras y papelería.
Los investigadores, además, manejan la hipótesis de que los 944,5 kilos de cocaína salieron de Argentina. El avión que partió de Ezeiza sólo realizó una escala para cargar combustible en Cabo Verde, África, que duró 40 minutos, tiempo insuficiente para esconder el cargamento, informó el diario Clarín. Resta establecer si la droga se cargó en el aeropuerto de Morón o en el de Ezeiza.
Según quedó registrado en las cámaras de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), el 1 de enero Gustavo y Ricardo Juliá llegaron a Ezeiza en una camioneta Hyundai. Miret arribó por separado en un remís rojo.
Cinco horas antes de la salida del vuelo, programado para las 20.44, los tripulantes subieron al primer piso de la terminal B, entregaron sus documentos, escanearon su equipaje de mano, hicieron la cola de migraciones, y llenaron los formularios. Luego fueron transportados a la zona conocida como “chivatos”, donde ya no hay cámaras. "No te preocupes por Ezeiza, no hay que hacer nada. Está todo arreglado", le había dicho Gustavo a Miret en un mail antes del vuelo.
Sin embargo, la respuesta la tiene la Guardia Civil Española y la justicia de Barcelona, donde el avión está estacionado. Ayer recibieron el exhorto internacional del juez Catania que reclama información sobre el plan de vuelo, la computadora del avión, y fotos y videos que puedan ayudar a determinar dónde estaba escondida la droga y en qué aeropuerto fue cargada, informó el matutino.