Ayer, minutos antes de entrar al funeral de Néstor Kirchner en Casa Rosada, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández le confesó a la prensa que "después de la muerte de mi viejo, nunca tuve un día tan triste".
Esta mañana, visiblemente compungido, el funcionario se quebró frente al aplauso cerrado que acompañó al plantel de mozos de Casa de Gobierno, encabezados por el jefe de Mayordomos de Casa Rosada, Carlos Gómez , que trabaja hace 39 años en el lugar. "Me enseñó un montón de cosas, era un jefe de verdad. Me hice muy amigo. Estoy desconsolado, no le encuentro explicación", había dicho este miércoles Fernández en una de sus contadísimas entrevistas con la prensa.
"El sentimiento es terrible, terrible. Despertarse temprano, sabiendo que la cosa es grave y se complica, y seguirlo online hasta encontrarnos con ese desenlace. No se puede explicar eso. Es muy feo, muy feo", completó.